El fútbol español vive semanas de inestabilidad en los banquillos. Tanto en LaLiga EA Sports como en LaLiga Hypermotion, varios entrenadores afrontan el curso con el futuro en el aire. El reciente cese de Luis Carrión en el Real Oviedo, las dudas que rodean a Xabi Alonso en el Real Madrid o los movimientos latentes en otros clubes han vuelto a activar un reflejo casi automático en el ecosistema futbolístico español. Uno que no entiende de categorías ni de fronteras. Uno que, esta vez, ha vuelto a escena desde Arabia Saudí: “Suena Míchel”.
La chispa se ha encendido en la Saudi Pro League. El Al-Qadsiah anunció el pasado domingo la destitución de Míchel González como entrenador del primer equipo, poniendo fin a una etapa de algo más de dos años al frente del club. La noticia, en sí misma relevante por el contexto deportivo del fútbol saudí, ha tenido un efecto colateral inmediato en España: la resurrección de uno de los memes más longevos, reconocibles y persistentes del deporte nacional.
El despido que vuelve a encender el meme
Míchel González (Madrid, 1963) deja el Al-Qadsiah con un balance de un 60% de victorias en 78 partidos, un ascenso a la máxima categoría y el equipo situado en quinta posición en el momento de su salida. Pese a que los números eran mejores que los de la temporada anterior, el club saudí decidió prescindir de sus servicios tras un proceso de revisión interna. El técnico tenía contrato hasta 2027, pero ambas partes alcanzaron un acuerdo para rescindirlo.
En su comunicado oficial, la entidad agradeció “el profesionalismo, la dedicación y las valiosas contribuciones” del entrenador español, subrayando especialmente el ascenso y la final de Copa lograda durante su etapa. Un adiós elegante, pero definitivo.
Y, como tantas otras veces en las últimas dos décadas, bastó ese anuncio para que en redes sociales, foros y tertulias volviera a aparecer la frase mágica: suena Míchel.
De entrenador a concepto cultural
La expresión no nació como meme. Surgió en los primeros años de la carrera de Míchel en los banquillos, cuando tras entrenar al Rayo Vallecano en Segunda B dio el salto al Castilla y, posteriormente, al Getafe, donde firmó una de las mejores etapas de la historia del club. Aquella progresión, unida a un mercado de entrenadores especialmente inestable en la temporada 2011-12, convirtió su nombre en habitual cada vez que se abría una vacante. Primero fue rumor. Después, coletilla. Y finalmente, caricatura.
Para entonces, Míchel ya había sido relacionado con el Sevilla, con el Real Madrid, al menos en el imaginario colectivo, y con prácticamente cualquier banquillo que quedara libre. El punto de inflexión llegó cuando el uso del “suena Míchel” trascendió lo estrictamente futbolístico y empezó a aplicarse a todo.
Cuando Míchel “sonó” para Papa… y para presidente
Foros como Forocoches y, más tarde, Twitter, fueron el laboratorio del fenómeno. En 2012, su nombre apareció en clave irónica tras la dimisión de Esperanza Aguirre como posible presidente de la Comunidad de Madrid. En 2013, con la renuncia de Benedicto XVI, alguien lo propuso como Papa. En 2014, con la abdicación de Juan Carlos I, el meme ya era plenamente transversal.
Desde entonces, “suena Míchel” dejó de significar que Míchel González estuviera realmente cerca de un banquillo. Pasó a representar la forma en la que el periodismo deportivo, y el rumor, llenan el vacío cuando no hay información. Un atajo narrativo. Una broma con trasfondo crítico.
Un perfil que explica por qué siempre “suena”
Más allá del meme, Míchel es una figura central del fútbol español. Fue parte esencial de la Quinta del Buitre, terminó cuarto en el Balón de Oro de 1987 y colgó las botas a finales de los años 90 tras una carrera de alto nivel en el Real Madrid.
Su salto a los banquillos no fue improvisado. Ya en 1994, siendo jugador, se estaba sacando el carnet de entrenador, aunque en entrevistas de la época renegara públicamente de esa idea. Con el tiempo, acabó recorriendo el camino habitual de muchos exfutbolistas con personalidad fuerte: cantera, proyectos intermedios y banquillos de exigencia creciente.
Getafe, Sevilla, Olympiacos, Marsella, Málaga y ahora Arabia Saudí forman parte de un currículum amplio, irregular en resultados, pero constante en presencia. Nunca ha desaparecido del radar. Y eso explica, en parte, la persistencia del meme.
El meme como crítica al sistema
Con los años, “suena Míchel” ha adquirido una lectura más profunda. Para muchos aficionados, ya no se refiere al entrenador concreto, sino a un modelo de funcionamiento del periodismo deportivo español, basado en la cercanía, la afinidad y la repetición de nombres conocidos frente a la apuesta por perfiles nuevos o extranjeros.
En ese sentido, el meme funciona como sátira: no se ríe solo de Míchel, sino de la inercia mediática que lo convirtió en comodín para cualquier vacante imaginable. Un símbolo de cómo se construyen rumores, de cómo se rellenan espacios y de cómo el ecosistema informativo acaba generando sus propios chistes internos.
Con varios banquillos en duda en España y el técnico madrileño libre tras su salida del Al-Qadsiah, la pregunta vuelve a flotar en el ambiente, aunque esta vez con más ironía que expectativa real. Nadie sabe si Míchel entrenará pronto en LaLiga. Lo que sí está claro es que, pase lo que pase, volverá a sonar.
Síguenos en Google Discover y no te pierdas las noticias, vídeos y artículos más interesantes
Síguenos en Google Discover