El fútbol de élite ya no se explica solo por lo que ocurre sobre el césped. Contratos, salarios, marcas personales y proyección global forman parte del mismo ecosistema. En ese contexto, la comparación entre Marcus Rashford, ahora jugador del FC Barcelona, y Rodrygo Goes, una de las piezas consolidadas del Real Madrid, ofrece una radiografía precisa de cómo se mueve el dinero en el fútbol europeo en 2025.

Ambos se llevan cuatro años de edad, pero comparten protagonismo en sus equipos y estatus internacional. Y, sin embargo, sus trayectorias, su peso mediático y su sueldo anual dibujan diferencias que van más allá del terreno de juego. Desde fuera, Rashford y Rodrygo representan dos modelos distintos de estrella moderna: uno con un enorme impacto social y comercial, el otro como símbolo de continuidad deportiva y éxito competitivo. Y eso, inevitablemente, también se refleja en sus nóminas.

Marcus Rashford, del icono de la Premier al escaparate global del Barça

La carrera de Marcus Rashford ha estado marcada por la precocidad y la exposición mediática. Debutó con el Manchester United siendo prácticamente un adolescente y, durante años, fue uno de los rostros más reconocibles de la Premier League. A su rendimiento deportivo se sumó una dimensión pública poco habitual en un futbolista de su generación: activismo social, campañas contra la pobreza infantil y una imagen que trascendió el fútbol.

Tras varias temporadas irregulares en Inglaterra, su llegada al FC Barcelona supuso un cambio de escenario y de narrativa. El club azulgrana apostó por él como una figura capaz de complementar un buen proyecto deportivo y, al mismo tiempo, reforzar su proyección global en mercados estratégicos. Su contrato responde a esa doble condición: jugador determinante y activo comercial de primer nivel.

Rodrygo Goes, la apuesta deportiva que madura en el Real Madrid

Rodrygo Goes, en cambio, ha construido su estatus desde otro lugar. Llegó al Real Madrid siendo un talento en formación procedente del Santos y, lejos de explotar de manera inmediata, fue creciendo dentro del ecosistema blanco. Goles decisivos en Champions League, confianza sostenida por distintos entrenadores y una evolución constante lo han convertido en un jugador estructural del proyecto.Pese a que en los últimos meses ha perdido protagonismo en el Real Madrid, lo ha recuperado con dos goles en las últimas jornadas. 

No tiene el mismo foco extradeportivo que Rashford, pero sí una credibilidad competitiva incuestionable. En el Madrid, Rodrygo representa la inversión que madura, el futbolista que rinde en las grandes noches y que justifica su contrato desde la regularidad y el impacto deportivo.

Cuando las cifras entran en juego

En 2025, Marcus Rashford percibe un salario anual de 14 millones de euros brutos en el FC Barcelona. Traducido al día a día, eso supone algo más de 1,16 millones de euros al mes y en torno a 269.000 euros semanales. Rodrygo Goes, por su parte, tiene un sueldo anual de 12,5 millones de euros en el Real Madrid. Su salario mensual ronda 1,04 millones de euros, mientras que cada semana ingresa aproximadamente 240.000 euros. La diferencia no es abismal, pero sí significativa: Rashford gana alrededor de 1,5 millones de euros más al año.

Esa brecha no responde únicamente al rendimiento deportivo. En el caso del inglés, el contrato de Rashford incluye el peso de su marca personal, su tirón internacional y su valor como figura reconocible fuera del fútbol. El Barça no solo paga goles y asistencias; paga visibilidad, posicionamiento y retorno comercial.

Rodrygo, en cambio, encaja en la política salarial escalonada del Real Madrid. Su sueldo refleja su importancia, pero también la lógica interna del club, que prioriza contratos progresivos y reserva los escalones más altos para figuras absolutamente consolidadas o líderes del vestuario.

Más allá del salario fijo, ambos jugadores incrementan notablemente sus ingresos a través de patrocinios. La fortuna de Marcus Rashford se ha visto impulsada durante años por acuerdos con grandes marcas deportivas, tecnológicas y de consumo global. Su imagen, asociada a valores sociales, lo convierte en un perfil muy atractivo para campañas internacionales, especialmente en Reino Unido y Estados Unidos.

Rodrygo también cuenta con contratos publicitarios relevantes, sobre todo vinculados a marcas deportivas y al mercado brasileño, aunque su perfil es más discreto. Su crecimiento comercial ha sido constante, pero siempre subordinado a su papel deportivo y a la estrategia comunicativa del Real Madrid.

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