El líder del PSOE, Pedro Sánchez, ha garantizado hoy que no habrá unas terceras elecciones generales tras las que se celebrarán el próximo 26 de junio y que después de esos comicios es seguro que habrá un Gobierno en España. Sánchez ha hecho esta afirmación al cierre de su intervención en las jornadas que el Círculo de Economía celebra en la localidad barcelonesa de Sitges y ante el interés de los empresarios por saber si estaría dispuesto a aceptar que, en caso de que los partidos no lograran un acuerdo, gobernara la lista más votada. No ha compartido esa tesis, pero tras su afirmación de que no habrá terceras elecciones, ha reiterado el comentario que había realizado al inicio de su intervención y en el que ha asegurado que, si el PSOE es el partido más votado el 26 de junio, España tendrá nuevo gobierno en el plazo de una semana.

Rajoy, como un reloj estropeado
El socialista ha subrayado que si su partido es el más votado en las elecciones del 26 de junio, "en España habrá un gobierno en una semana" y no vetará a nadie para poner en marcha las soluciones que necesita el país. Ha subrayado que en los últimos meses su partido ha demostrado voluntad de diálogo y capacidad de acuerdo y, por ello, ha augurado que si es el partido más votado, el país tendrá gobierno "en una semana". "Y no un gobierno cualquiera. Habrá un gobierno limpio, un gobierno dialogante y un gobierno social", ha añadido antes de advertir, en alusión al presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, de que cuando se está quieto se equivoca en la mayoría de las ocasiones y se asemeja "con un reloj estropeado que sólo acierta dos veces al día".

El escollo de la cuestión catalana
En cuanto a la legislatura fallida, Sánchez ha admitido que la cuestión catalana "impidió" formar nuevo Gobierno y, en este sentido, ha reprochado a Pablo Iglesias que usara el referéndum como "señuelo" para no pactar y extendiera la demanda de derecho de autodeterminación también a "otros pueblos". "Sin citar su nombre en ningún momento, Sánchez ha criticado sin embargo que Iglesias haya "abierto una puerta peligrosa, el que ya no se habla de derecho a decidir y derecho de autodeterminación solamente en Cataluña y de cómo resolver a través de la votación una crisis de encaje de Cataluña, sino que se habla ya de derecho de autodeterminación de otros pueblos, como Cataluña, País Vasco o Galicia". A su juicio, es "evidente" que "se ha dado un paso más por parte de aquellos que defienden el derecho a decidir, porque ya es País Vasco, Galicia, Cataluña, y podría abrirse a otros territorios". En contraste, el dirigente socialista ha considerado que el debate "más fructífero" sería ponerse de acuerdo en un "nuevo acuerdo" y una reforma constitucional que sea refrendada posteriormente por los catalanes y el conjunto de españoles. 

"Lo más consecuente es ofrecer acuerdo y no ruptura", ha dicho Sánchez, que ha lamentado que se "banalice" el debate sobre la "fractura y la disgregación de España", ya que por ejemplo tendría afectaciones como el "romper la caja única y poner en riesgo el sistema público de pensiones". Para el líder del PSOE, "Cataluña es un problema que trasciende a Cataluña": "En España -ha agregado- ya no se ve la cuestión catalana como un problema de los catalanes, sino del Estado español, y una necesidad y exigencia de que tenemos que culminar el modelo territorial que no se acabó en el 78".

La reforma de la financiación
Por otro lado, sobre la financiación autonómica, ha defendido que su partido "tienes las cosas claras" e incluirá en la Constitución los principios básicos de la financiación, entre los que está el de ordinalidad, principio que el PSOE "comparte". También principios como "simplificar el sistema de financiación, que ahora es muy complejo, oscuro y plagado por una maraña de fondos que no cumplen su objetivo; la igualdad de financiación per cápita ajustada a cada uno de los territorios; proteger el gasto social del ciclo económico; un mayor control sobre ingresos en las comunidades; y modificar la ley de estabilidad presupuestaria para un reparto más equitativo de los objetivos de déficit".