El personal técnico de contratas, subcontratas y autónomos subcontratados por Telefónica-Movistar, colectivo que suma unas 15.000 personas, está convocado desde este martes a secundar una huelga indefinida. Aunque la huelga no es de Telefónica ni de trabajadores del gigante español de telecomunicaciones, la atañe indirectamente ya que se trata de empleados, en su mayoría autónomos desde hace años, que trabajan organizando sus tiempos y sus ingresos por ejemplo en la extensión de la red de fibra óptica en los hogares españoles.

Una coyuntura especial
Los sindicatos mayoritarios de Telefónica no promueven la huelga, aunque sí han mostrado su apoyo UGT y CCOO del Metal ya que es a éste convenio al que se adscriben estos instaladores. En parte el conflicto también se ha visto avivado por la coyuntura de las elecciones sindicales que se celebrarán en la compañía a mediados de mes y que obliga a algunos sindicatos minoritarios a radicalizar sus posturas para ganar visibilidad y hacerse con la representación de los trabajadores de las contratas.

Telefónica ofrece estabilidad al sector
En cualquier caso, Telefónica ha comunicado a sus empresas colaboradoras la extensión por tres años de los contratos en vigor, valorados en unos 500 millones de euros anuales, sin hacer una nueva licitación -habitualmente la hace cada tres años-. Con esta prórroga, Telefónica muestra su compromiso con sus contratas, a las que considera "aliadas clave" para continuar con el despliegue de fibra óptica hasta los hogares, y evita que el sector "entre en una espiral de competencia en precio que acabaría por precarizar la actividad y pondría en jaque la estabilidad de una industria".

Más empleo y oportunidades como en los años precedentes
Fuentes de Telefónica consideran que con esta renovación automática se evita la guerra de precios y se apoya la estabilidad de un sector que, como recuerdan, "ha seguido creando empleo incluso en los años de la crisis económica". En este sentido, sólo en 2014 la apuesta de la compañía por la fibra óptica permitió la incorporación de más de 5.000 nuevos técnicos, con ayudas tanto a la formación como al equipamiento de los instaladores por valor de más de 11 millones de euros. A pesar de las incertidumbres regulatorias, la compañía mantiene su apuesta por las nuevas redes y el despliegue de más fibra ofreciendo estabilidad y nuevas oportunidades de negocio a las empresas colaboradoras.