Un gestor administrativo es ese profesional que se encarga de realizar los trámites habituales que puedan necesitar los ciudadanos ante las diferentes Administraciones Públicas. Los gestores administrativos en España se ocupan de la gestión de licencias y permisos de los ciudadanos como, por ejemplo, solicitar una licencia de pesca o, cuestiones más habituales como la tramitación de la matrícula de un nuevo vehículo. Se trata de profesionales legalmente facultados para solicitar y gestionar todo tipo de trámites, excepto en el ámbito jurídico, ante las administraciones, ya sea el Estado central, las comunidades autónomas o los ayuntamientos.
Según el primer artículo del Estatuto Orgánico de la Profesión de Gestor Administrativo, los gestores administrativos son, literalmente “profesionales que, sin perjuicio de la facultad de actuar por medio de representación que a los interesados confiere el artículo 24 de la Ley de Procedimiento Administrativo, se dedican de modo habitual y con tal carácter de profesionalidad y percepción de honorarios a promover, solicitar y realizar toda clase de trámites que no requieran la aplicación de la técnica jurídica reservada a la abogacía, relativos a aquellos asuntos que en interés de personas naturales o jurídicas, y a solicitud de ellas, se sigan ante cualquier órgano de la Administración Pública, informando a sus clientes del estado y vicisitudes del procedimiento por el que se desarrollan”.
Es decir, son los profesionales a los que los ciudadanos recurren, y contratan sus servicios, para facilitar y agilizar los trámites a la hora de solicitar licencias, permisos o cuestiones similares a las diferentes administraciones. Tal y como explica el primer artículo de sus estatutos, se trata de una profesión que no entra en el ámbito jurídico, dejando estas cuestiones en manos del ejercicio de la abogacía.
¿Qué hace en su día a día un gestor administrativo?
Los gestores administrativos realizan múltiples funciones a diario como intermediarios entre el ciudadano y las diferentes Administraciones Públicas, ya sea el Estado, comunidades o ayuntamientos. En definitiva, prestan un servicio al ciudadano para facilitar y agilizar los trámites a la hora de gestionar licencias, permisos o burocracia, lo que popularmente se conoce como papeleo. Además, juegan un papel clave en la gestión de la burocracia para autónomos y pymes, siendo las pequeñas y medianas empresas el grueso del sector productivo en España.
Así, se dedican a funciones como el asesoramiento al ciudadano, o a las pymes, en materia administrativa en general y, más concretamente, a la tramitación telemática de matrículas y transferencias de vehículos, a través de la encomienda vigente con la DGT (Dirección General de Tráfico), centralizando así todos los servicios de tramitación de vehículos a través del Colegio de Gestores Administrativos. Además, los gestores ofrecen servicios de defensa en materia tributaria y financiera o en materia laboral y mercantil.
A día de hoy, los gestores administrativos operan en España con convenios de colaboración firmados por el Consejo General de Gestores Administrativos con distintas administraciones a nivel nacional. Entre ellas, destaca la Agencia Estatal de Administración Tributaria (AEAT), clave para ayudar a los ciudadanos con la Declaración de la Renta año tras año, o la Gerencia Regional del Catastro, con un Punto de Información Catastral (PIC) situado en el Colegio de los Gestores Administrativos, clave para prestar servicio a los ciudadanos en materia de vivienda, uno de los temas que mayor preocupación despierta en la actualidad.
Asimismo, el Colegio de los Gestores Administrativos colabora con otros colectivos profesionales como los Registradores y Notarios o con instituciones como la Organización Nacional de Ciegos Españoles (ONCE), la Junta de Castilla y León o diferentes ayuntamientos a lo largo y ancho de España.
Así funcionan los gestores administrativos: profesionalidad y digitalización
Los profesionales operan en ámbitos muy diferentes de las Administraciones Públicas a nivel nacional pero lo hacen con un punto común: centrados en la profesionalidad y en, cada vez más, el uso de las nuevas tecnologías. Los gestores administrativos tienen a su disposición plataformas informáticas para realizar sus funciones, en las que trabajan como profesionales colegiados, con un amplio conocimiento y experiencia sobre estas. Así, a la hora de realizar los trámites correspondientes con la administración, el gestor administrativo está más que familiarizado con este tipo de plataformas, agilizando así trámites burocráticos habituales.
Además, los gestores administrativos trabajan bajo una serie de normas deontológicas recogidas tanto en el propio Estatuto Orgánico de la Profesión como en los Estatutos Particulares de cada Colegio bajo diferentes formas en las que aparecen persona física y sociedad profesional, pudiéndose ayudar en sus funciones de empleados y colaboradores. La labor profesional de estos profesionales está además amparada con una cobertura de la póliza colectiva del seguro de responsabilidad civil profesional, cuyo tomador es el propio Colegio de Gestores Administrativos, y con un capital asegurado de 800.000 euros por cada colegiado.
Tal y como consta en la web del Colegio de Gestores Administrativos de Madrid, la profesión será ejercida personalmente, “sin interposición de persona alguna”, con la posibilidad de ayudarse “únicamente” de empleados autorizados para la realización de gestiones de trámite. Todo según lo dispuesto en el estatuto de la profesión. Así, contempla como “requisito indispensable” para el ejercicio de la profesión la incorporación al Colegio de Gestores Administrativos. La colegiación es lo que permite y faculta, como ocurre en otras profesiones similares, la posibilidad de ejercer la profesión de gestor administrativo en todo el territorio nacional con la profesionalidad requerida.
Los gestores deben trabajar de forma personal, sin interposición de ninguna otra persona, pudiendo asociarse o agruparse con otros gestores administrativos colegiados. Asimismo, pueden ayudarse de empleados autorizados para realizar sus funciones, cumpliendo con el propio estatuto de la profesión y con el reglamento regulador del ejercicio personal de su profesión.