La entrada en vigor de la reforma laboral no deja de dar señales de mejora en el mercado de trabajo. Desde el arranque del año, los datos de paro y afiliación a la Seguridad Social mensuales han ratificado el impacto positivo de la norma, especialmente en la contratación indefinida y en la reducción de la temporalidad, uno de los problemas estructurales del mercado laboral español.

Las cifras son claras, el 48,2% de los contratos ratificados en el mes de abril son de carácter indefinido. Es decir, casi la mitad de los nuevos contratos ya son fijos, frente al boom de contratos temporales anterior a la reforma laboral, como se puede apreciar en el gráfico. La contratación indefinida vuelve a marcar otro récord histórico en abril, tras hacerlo en los meses anteriores, hasta los 698.646 contratos del total de 1.450.093.

La reforma laboral ha provocado un fuerte impulso de la contratación indefinida desde su entrada en vigor, pasando del 10% de diciembre de 2021 a casi el 50% de abril, con por el 15% de enero, 22% de febrero o el 31% en marzo. Es decir, del 90% de contratos temporales en diciembre, antes de la aprobación de la reforma laboral, se ha pasado al 51,8%, como describe el gráfico, con un drástico cambio en la temporalidad del mercado de trabajo.

Reducción de la temporalidad y la precariedad

El aumento de la contratación indefinida lleva consigo una reducción de los contratos de carácter temporal, uno de los objetivos de la reforma laboral diseñada y debatida por el Gobierno y los agentes sociales. La norma ha cambiado la tendencia, con los contratos indefinidos alrededor del 10% y los temporales en el 90% a igualar ambos tipos alrededor del 50%.

Frente a abril de 2021, los contratos indefinidos repuntan un fuerte 325,80%, es decir, se han firmado 534.566 contratos indefinidos más que hace un año. En paralelo, los contratos temporales caen en 441.318 menos en tasa interanual.

El porcentaje de trabajadores con contrato indefinido también mejora en cuanto a la afiliación a la Seguridad Social, hasta un 77%, seis puntos más de lo habitual. Además, se reducen los contratos de muy corta duración, que pasan de ser el 75,8% del total a representar el 28%. Una caída que para la Seguridad Social es especialmente importante en su meta de reducir la precariedad.