Martes frenético en lo político y lo económico. El último día de enero encara dos citas claves: la reunión del ministerio de Trabajo con los agentes sociales para discutir la subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) y el primer cara a cara del año entre el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez y el líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo. Es en este contexto, mientras que en el Ministerio de Trabajo se encuentraban reunidos a puerta cerrada sindicatos y Gobierno, Sánchez ha adelantado a primera hora de la tarde en el Senado que el SMI subirá hasta los 1.080 euros.

En concreto, el salario mínimo sube un 8%, de los 1.000 actuales a los 1.080 euros con carácter retroactivo a fecha del 1 de enero, doblando de esta forma el porcentaje propuesto por la patronal -que se han negado a sentarse en la mesa de diálogo-, que rondaba el 4% y por debajo de lo defendido por CCOO y UGT que abogaban por que el salario mínimo alcanzara los 1.100 euros.

Negativa de la CEOE y negociación

Lo cierto es que el martes comenzaba con posiciones muy distantes entre las tres partes, más aún con la negativa de la CEOE de asistir a la consulta. En este contexto se ha celebrado la mañana de este martes, lo que los sindicatos aseguran que sería el último encuentro antes de que Díaz decida la cuantía definitiva del aumento. Una cifra que, finalmente Sánchez ha desvelado en el seno de la Cámara Alta.

No obstante, la parte sindical, lejos de amilanarse seguían manteniendo su exigencia: una subida del 10% que catapulte la cuantía de los 1.000 a los 1.100 euros. Por su parte, la patronal se reiteraba en su propuesta a la baja, señalando los 1.040 euros como cantidad deseada, lo que supondría una subida del 4%, y declinando asistir a la cita. Mientras, la mayor prioridad del Gobierno era alcanzar un acuerdo, que parece posible únicamente con los sindicatos, oscilando en la horquilla propuesta por los expertos consultados por el Ministerio: entre los 1.046 y los 1.082 con una revisión a mitad de año, postura que, por el anuncio del líder del Ejecutivo, es la que finalmente ha prosperado.

Durante la mañana se han ido sucediendo las comparecencias y pronunciamientos de las distintas partes. El presidente de la patronal de empresarios, Antonio Garamendi, ha justificado el plantón indicando que no contaba con ninguna propuesta del Ministerio, por lo que "no podía mandar" a ningún técnico a la reunión. "Qué mínimo que tener una propuesta ayer por la noche", ha añadido. Además, ha apuntado que “no es una negociación de la mesa de diálogo social, es un proceso de previa consulta a los agentes sociales", por lo que no ha dudado en señalar que la única pretensión de la reunión era "solo la foto". 

Previo a las críticas de la patronal, el secretario general de UGT, Pepe Álvarez ha criticado el proceder de la CEOE por ser “una posición estética con una excusa poco razonable”. Más allá de la incomparecencia de los empresarios, ha exigido la “subida inmediata” de la cuantía que perciben aquellos que menos cobran y ha invitado a los que no quieren incrementar su valor a “que prueben a vivir un mes con 1.000 euros”. El líder de UGT ha dejado clara la posición de los sindicatos apuntando que “con 1.000 euros al mes no se puede vivir, con 1.100 alguien me dirá que tampoco y tiene razón”.

La última de las partes en pronunciarse antes de la reunión ha sido el Ministerio de Trabajo. En palabras del secretario de Estado de Empleo y Economía Social, Joaquín Pérez Rey, han "lamentado profundamente" que la CEOE haya decidido no asistir a la reunión. "No es de recibo que en una de las decisiones más importantes en materia laboral que se va a tomar en 2023 la patronal no esté en la mesa. "Nos apena y queremos que reflexione", ha insistido el secretario de Estado. No obstante, se ha mostrado confiado en que el Gobierno y los sindicatos, "y esperemos que de modo remoto la patronal", pudiesen alcanzar un acuerdo que finalmente implicará a la ministra y los dos líderes sindicales.

Tras finalizar la reunión de la mañana, los líderes de los sindicatos mayoritarios han sido llamados por la vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz para discutir personalmente la cuantía de la subida que, finalmente, se ha establecido en los 1.080 euros.