Curiosamente, Bankinter acaba de lanzar promociones sobre planes de pensiones privados, “regalando” un 4% de lo aportado si el dinero proviene de otra entidad financiera o gestora. Al igual que llega el turrón precipitadamente a los supermercados, los bancos aprovechan los meses de octubre, noviembre y diciembre para intentar atraer el dinero hacia los planes de pensiones con el gancho de que podrán desgravar parte del importe en la declaración de la Renta correspondiente a 2020.

Sin embargo, los globos sonda lanzados por el Gobierno apuntan a subidas del IVA para la sanidad y la educación privadas y, además, reducción de la desgravación de los planes privados de pensiones que cuentan con 7,5 millones de españoles entre sus partícipes.

Actualmente, todas las aportaciones realizadas podrán reducirse en la base imponible del IRPF con un límite general de 8.000 euros que tiene alguna excepción para casos de minusvalías. Con datos aún sin confirmar se especula con que esta cifra se reduzca hasta los 2.000 euros a efectos de desgravación.  

Desaparecida la desgravación de la vivienda en 2013 a manos de Mariano Rajoy, estos productos de ahorro para la jubilación eran el último instrumento para reducir el pago de impuestos. Una medida que no solo beneficiaba a los más ricos sino que estaba asentada en las clases medias. No hay que olvidar que esa desgravación en el momento de hacer las aportaciones luego sufría el pago de impuestos una vez que el contribuyente estuviera jubilado. Los ingresos percibidos se consideran rentas del trabajo sin ningún tipo de retención y tributan al tipo marginal del contribuyente.

Lógicamente, la ventaja reside en que en el momento de las aportaciones lo normal es tener más rentas que cuando llegue la jubilación y, por tanto, fiscalmente resulta beneficioso, aunque faltan estudios sesudos que pongan números a esa diferencia. Pero como en el ahorrador español siempre domina el corto plazo, el atractivo de pagar menos impuestos o conseguir que Hacienda te devuelva dinero lo convertía en un acicate importante para el ahorro.

No lo es tanto por la rentabilidad obtenida por estos planes de pensiones que, en su gran mayoría, gestionan los bancos. Las ganancias obtenidas en largos periodos de tiempos y salvo raras excepciones son escasas y no es infrecuente registrar pérdidas que, a diferencia de otros productos financieros, no se pueden compensar con ganancias.

Además, su gran inconveniente es la falta de liquidez ya que no se puede disponer de ese dinero salvo enfermedad grave o paro prolongado. El año pasado se decidió que se podía rescatar transcurridos diez años y únicamente lo aportado en ese año y así sucesivamente en los siguientes cuando las aportaciones fuesen cumpliendo esa edad.

Reducir drásticamente la desgravación de los planes de pensiones –pese a los inconvenientes que hemos visto (iliquidez, escasa rentabilidad en general, pago de impuestos en la jubilación)- supondrá la puntilla definitiva a este producto. El ahorrador preferirá tenerlo en un fondo de inversión normal y corriente en el que puede rescatar su dinero cuando guste.

Pero el verdadero problema que deberían resolver los mandatarios políticos es buscar alternativas al ahorro para la jubilación, teniendo en cuenta el escaso número de trabajadores activos para atender el pago de las pensiones públicas en un sistema de reparto como el actual. Sería aconsejable tomar ejemplo de otros países como el Reino Unido que ha establecido un sistema de pensiones (no obligatorio) en el que participan los trabajadores con el 8% de su salario, y en el que también aportan sus empresas y el propio Estado. Así, una pensión pública pequeña se podría completar con este plan de empresa que han aceptado más del 90% de los trabajadores británicos. Un sistema que está siendo analizado por otros países ante el panorama del envejecimiento de la población europeo que es especialmente dramático en España donde lideramos las menores tasas de natalidad. Y luego cada cual, si sobra dinero, puede buscarse los instrumentos que guste para lograr unos ingresos extra cuando llegue la jubilación: pensiones individuales, casas, alquileres, Bolsa