Durante los últimos tiempos se ha intentado comparar la creciente importancia de las criptomonedas con la gran burbuja de los tulipanes del siglo XVII o también llamada Tuliponamía. Esta fue una breve, pero intensa burbuja especulativa ocurrida en Holanda entre finales de 1636 y febrero de 1637, convirtiéndose en la primera burbuja económica de la historia. La flor llegó a Europa a mediados del s.XVI y las características climatológicas y geológicas de Holanda permitieron producir exóticas mutaciones de los tulipanes por lo que se convirtieron en protagonistas de los jardines más ricos. Poco a poco creció su valor y todo el mundo quería comprar y vender los bulbos, por lo que se convirtió en un gran mercado que se mantenía en alza.

Los bulbos podrían cambiar hasta 10 veces de manos en un día y generar grandes ganancias hasta que su precio incrementó entre un 500 y 2000% en algunas semanas. El 5 de febrero de 1637, un lote de un millón de tulipanes se vendió por 90.000 florines y esta fue la última gran venta de tulipanes, ya que al día siguiente se puso a la venta un lote de medio kilo por 1.250 florines y nadie lo compró. En ese momento la burbuja estalló, los precios cayeron en picado y no hubo manera de recuperar la  inversión, a esto le sucedieron enormes deudas y bancarrotas que golpearon a todas las clases sociales.

Hoy en día, se compara la crisis de los tulipanes con la incesante fluctuación de las criptomonedas, como el Bitcoin y el Ethereum. Los grandes inversiones aseguran que estas últimas no se pueden comparar con la Tulipomanía y expresan que estas tendrían que costar 10 veces menos para igualar a la gran burbuja financiera del siglo XVII.