Más ingresos que nunca y antes que nunca. Hacienda ha roto en 2025 la barrera histórica de los 300.000 millones de euros de recaudación anual, marcando un punto de inflexión en la evolución de las finanzas públicas españolas. El hito se ha alcanzado a cierre del mes de noviembre, cuando los ingresos tributarios acumulados ya sumaban 301.355 millones de euros, una cifra inédita que confirma la fortaleza recaudatoria del Estado y anticipa un cierre de ejercicio sin precedentes.

Los datos oficiales publicados por la Agencia Tributaria reflejan un aumento interanual del 10% respecto al mismo periodo de 2024, lo que equivale a 27.362 millones de euros más en apenas once meses. Según las previsiones que maneja el propio Ministerio de Hacienda, el ejercicio podría cerrarse por encima de los 325.000 millones de euros, consolidando 2025 como el año de mayor recaudación fiscal de la historia.

El principal motor de este crecimiento ha sido, una vez más, el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF). Entre enero y noviembre, este tributo ha generado 133.282 millones de euros, un 10,1% más que el año anterior, aportando por sí solo 12.200 millones de los ingresos adicionales del ejercicio. La evolución del IRPF pone de relieve el peso creciente de las rentas del trabajo en el conjunto del sistema tributario.

Detrás de este comportamiento se combinan varios factores. Por un lado, la negativa del Gobierno a deflactar el impuesto pese a la evolución de los precios y los salarios ha elevado la base imponible de millones de contribuyentes. Por otro, 2025 ha sido el primer año completo en el que se han aplicado retenciones sobre el salario mínimo interprofesional (SMI). Aunque parte de estas cantidades se devolverán en la próxima campaña de la Renta, el adelanto de ingresos ha tenido un impacto directo en las cifras de recaudación.

El resto de grandes figuras tributarias también ha contribuido al récord. El Impuesto sobre Sociedades ha permitido ingresar 35.942 millones de euros en los once primeros meses del año, un 5,9% más que en 2024, con un incremento absoluto de 2.016 millones. El IVA, por su parte, ha dejado una recaudación de 93.416 millones de euros, lo que supone un crecimiento del 9,3% y 8.042 millones adicionales respecto al ejercicio anterior. Los Impuestos Especiales han aportado 21.309 millones, un 5% más, con un aumento de 1.019 millones.

En el caso del IVA y de los tributos vinculados a la energía, el aumento está estrechamente ligado a la normalización fiscal aplicada desde comienzos de año. Tras las rebajas temporales aprobadas para contener el impacto de la inflación —que llegó a marcar las mayores subidas de precios en cuatro décadas—, el Gobierno ha recuperado los tipos habituales tanto en los alimentos básicos como en la factura eléctrica. Solo la subida del IVA de los alimentos ha elevado la recaudación en 1.936 millones de euros, mientras que la normalización de los impuestos sobre la electricidad y el gas ha aportado otros 1.756 millones. En conjunto, ambas medidas suman cerca de 3.700 millones adicionales.

A ello se añade el efecto de la reforma fiscal que entró en vigor el 1 de enero de 2025. Los nuevos impuestos a la banca y a los cigarrillos electrónicos, junto con la reactivación de subidas en el Impuesto de Sociedades previamente anuladas por los tribunales, han elevado la recaudación tributaria en casi 5.500 millones de euros en lo que va de año, reforzando el perfil estructural de los ingresos públicos.

Las cuentas avanzan en línea con Bruselas

El fuerte crecimiento de la recaudación ha tenido un impacto directo en la ejecución presupuestaria. Entre enero y noviembre, el gasto del Estado ha aumentado un 4,2%, un ritmo sensiblemente inferior al de los ingresos, lo que ha permitido contener el déficit público en 31.321 millones de euros, el equivalente al 1,86% del PIB. La cifra supone una reducción del 17,8% respecto al mismo periodo de 2024 y sitúa las cuentas en línea con el compromiso del Gobierno de cerrar el año con un desequilibrio del 2,5% del PIB.

Más allá de las cifras, el récord recaudatorio ofrece al Ejecutivo un margen de maniobra político y financiero relevante. El aumento de ingresos refuerza las previsiones para 2026 y se convierte en un elemento clave en la negociación de la reforma del sistema de financiación autonómica. La vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, se ha comprometido a presentar un nuevo modelo en el primer trimestre del próximo año, con la promesa de más recursos para todas las comunidades.

La negociación no será sencilla. El Gobierno deberá conciliar las demandas de las comunidades infrafinanciadas con las exigencias de los territorios que reclaman un trato singular, en un debate que pone en juego más de 125.000 millones de euros. Con una recaudación histórica como telón de fondo, Hacienda afronta este pulso con una posición de fortaleza inédita, aunque el equilibrio político sigue siendo el principal desafío.

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