La lista de medidas aprobadas durante esta legislatura del Gobierno de coalición es interminable, pero si hay una que destaca entre todas ellas es la excepción ibérica. El mecanismo que topa el precio del gas y que alivia la factura de la luz de los consumidores españoles y portugueses entró en vigor en pasado 15 de junio y el acuerdo alcanzado con Bruselas preveía su finalización el próximo 31 de mayo; sin embargo, tras meses de arduas negociaciones, este martes el Consejo de Ministros aprobará una prórroga del tope que extenderá su aplicación hasta finales de año.

Desde mediados de enero el ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, encabezado por Teresa Ribera, negocia con la Comisión Europea para ampliar la tan alabada excepción ibérica. Finalmente, como ha confirmado la también vicepresidenta tercera en su llegada al Consejo de Energía de la Unión Europea, el visto bueno de Bruselas “está notificado, trabajado y cerrado”. “Contamos con el acuerdo y respaldo de la Comisión y hoy se llevará a Consejo de Ministros”, ha confirmado la titular de la cartera de Transición Ecológica, principal artífice del mecanismo que a posteriori fue asumido por el conjunto de los Veintisiete.

“Tenemos una herramienta que permite seguir protegiendo a los consumidores españoles hasta final de año”, ha celebrado Ribera. Aunque ha reconocido que por la coyuntura climática “probablemente no se active el mecanismo si el gas natural se mantiene a los precios actuales”, también ha matizado que “si el gas natural volviera a subir sus precios, conseguiríamos mantener un precio de la electricidad razonable y no tan dependiente de la evolución de esta materia prima”. Con el acuerdo alcanzado, los consumidores españoles, y portugueses, estarán blindados ante una subida desmedida del gas para la generación de energía durante el verano y el comienzo del próximo invierno, periodos con necesidades de climatización artificial más acuciante.

Objetivo 2024

Si bien la vicepresidenta ha querido poner en valor el “respaldo explícito” del Ejecutivo europeo, lo cierto es que las aspiraciones españolas van más allá. Ribera ha presionado, y continúa presionando, a la Comisión para perpetuar el mecanismo ibérico también durante 2024 o, por lo menos, hasta que Europa zanje de una vez por todas una reforma del mercado eléctrico, sobre la que España realizó la primera propuesta, que proteja al conjunto de los consumidores de la Unión. Este proceso a nivel comunitario amenaza con alargarse en el tiempo, motivo por el que el Gobierno español quiere garantizar la protección de los ciudadanos ibéricos.

Bruselas ya mostró su negativa a una ampliación tan grande al comienzo de las negociaciones. En aquel momento, apretada por las pretensiones hispanoportuguesas, la Comisión comenzó a plantearse la prolongación hasta el 31 de diciembre de 2023. Esto se ha conseguido ya y, en parte, modificará parte del acuerdo anteriormente suscrito. En el anterior texto se contemplaba que el tope, que comenzó en los 40 euros por megavatio hora (MWh), asumiese a partir de enero subidas mensuales de cinco euros hasta su valor máximo en abril y mayo.

Esto ha sido modificado para que los 60 euros/MWh previstos para mayo asciendan hasta los 65 euros/MWh que se marcarán en el último mes del año. Así, el tope establecido por la excepción deberá subir de forma más progresiva hasta alcanzar su valor. En marzo se sitúa en los 55 euros/MWh y la previsión era que alcanzase los 60 euros/MWh en abril; sin embargo, el valor será finalmente algo menor. "La curva por la que cada mes se incrementaba esta referencia pasa a ser prolongada y más suave", ha explicado la ministra desde Bruselas. 

5.000 millones de ahorro

Independientemente de hasta donde consiga Ribera prolongar la aplicación del tope, lo cierto es que durante sus casi diez meses de aplicación ha posibilitado que los consumidores españoles hayan disfrutado de la factura eléctrica más baja de Europa, con cientos de euros/MWh de diferencia. Con datos de mediados de marzo, la excepción ha supuesto un  ahorro de 5.100 millones de euros para los bolsillos de los españoles. Los datos del Ministerio de Transición Ecológica muestran que el mecanismo ibérico ha conseguido reducir el precio del gas en España un 68%, situando el precio del megavatio hora (MWH) en los 52 euros, muy por debajo del marcado en el resto de los países de Europa.

Realizando una comparación con el resto de territorios de nuestro entorno con los datos del último mes completo (febrero), el precio del gas en España en ese periodo ha sido un 41% inferior al registrado en Italia, un 34% menor al gas francés y un 25% más bajo que el alemán, con lo que el país se ha convertido en territorio exportador para otras regiones europeas en momentos de fuertes inclemencias climáticas y además ha reducido las importaciones de gas ruso, que tan solo supusieron el 6% del total en febrero.