Hacer cualquier recomendación de inversión en este fatídico 2020 se convierte en un ejercicio de funambulismo. Ya sabemos lo que se obtiene si no se desea asumir ningún riesgo: rentabilidad del cero por ciento. Una no ganancia que aún es soportable con una inflación negativa en la economía española. Un escenario que no se mantendrá durante mucho y que, de momento, permite tomarse tiempo para tomar decisiones de inversión.

Estados Unidos y la Eurozona han decidido que mantendrán durante largo tiempo los tipos de interés al cero, y ya no quedan muchas ganancias que rascar en deuda pública. El bono español a plazo de 10 años ofrece una rentabilidad del 0,277% y el margen para que este interés baje y, por tanto, suba el precio del bono es muy exiguo, si es que existe. En cuanto a los bonos de empresas hay que tener mucho cuidado porque la sombra de las quiebras amenaza a las compañías y algunas que ofrecen rentabilidades altas lo hacen a costa de que el ahorrador asuma mucho riesgo.

Nada ha cambiado en el mundo de las cuentas corrientes y los depósitos bancarios que, prácticamente no existen. Alguna oferta esporádica con ganancia pero con la condición de suscribir muchos productos de la entidad financiera (hipotecas, seguros, fondos de inversión…) y que solo se aplica a una parte del dinero depositado.

La sorpresa de este 2020 ha sido el excelente comportamiento de las grandes tecnológicas mundiales como Amazon, Netflix, Tesla, Facebook, Google o Microsoft. En este mes de septiembre se han cuestionado sus fuertes subidas, pero han sido el motor del mercado que explican que el índice Nasdaq gane el 25% en el año frente al 30% que pierde el Ibex 35. Pero hay una explicación lógica: estas compañías están ganando más dinero ahora pese a la Covid-19, frente al Ibex donde la mayor parte de los valores sufre pérdidas o rebajas muy significativas de sus ganancias frente a otros años.

Sin embargo, hay muchas más tecnológicas que estos gigantescos monopolios que valen en Bolsa el doble del PIB de países como España. Una barbaridad. Hay que buscar esas compañías que están haciendo buenos negocios y que se asientan sobre la tecnología, Internet, la salud y el cambiante comportamiento del consumidor.

Y la forma más accesible de acceder a estas compañías que, por ejemplo, han saltado recientemente al índice europeo EuroStoxx 50 desbancando a valores clásicos como Telefónica, BBVA, Société Générale u Orange es hacerlo mediante fondos de inversión. Estos fondos de inversión han sido los de mayores ganancias en el año. Tenemos el Bankinter EEUU Nasdaq que lleva en el año una subida del 34,8% o el Sabadell Economía Digital con un 28% de revalorización, el Renta 4 Multigestion/Andro que sube el 28%, el BBVA Tecnología y Telecos con un 24% o el Mutuafondo Tecnológico con un 23% de alza en lo que va de ejercicio.

Los gestores se afanan en crear nuevos fondos que repliquen esa nueva economía que florece frente a una antigua que está ya de despedida. El fondo Cosmos de atl Capital es otra muestra de ello y esta misma semana Mutuactivos acaba de lanzar el Mutuafondo Nueva Economía. Tiene la peculiaridad de tratarse de un fondo de fondos. Es decir, no compra directamente las acciones que cumplan estos requisitos, sino que adquiere participaciones de otros fondos que ya están haciendo ese trabajo. Cobrará a los particulares una comisión fija del 1% y un 6% de las ganancias obtenidas, como comisión de éxito.

Par ver la tendencia de estos productos, puede ayudar el reciente ejemplo de esta gestora que dedicará al área de salud el 36,2% de peso total en cartera y a la disrupción tecnológica un  31,7%. Les siguen las compañías de servicios de comunicación (10%) y servicios financieros (6,9%). Respecto a su diversificación geográfica, Norteamérica supone más del 50% del peso en cartera del fondo (56,7%), seguido por Europa (13%) y Asia (11,6%).  Una diversificación muy necesaria cuando ahora empieza a cuestionarse el precio de algunas tecnológicas, aunque no su capacidad para generar beneficios.