El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha lanzado un mensaje de alarma a la sociedad. El organismo internacional ya advierte de una oleada de problemas sociales y desigualdad tras la pandemia. Incluso avanza la fecha en la que se producirá este fenómeno derivado de la crisis del coronavirus: verano de 2022.

El informe “Las repercusiones sociales de las pandemias”, elaborado por Philip Barrett y Sophia Chen, alerta de que tras las grandes crisis sanitarias vienen los problemas sociales. “Desde la plaga de Justiniano en el siglo VI y la Peste Negra del siglo XIV hasta la gripe española del 1918, la historia está trufada de ejemplos de epidemias que tienen fuertes repercusiones sociales: transforman la política, subvierten el orden social y provocan estallidos sociales”, alertan los expertos.

Según los técnicos, la pandemia “pone de manifiesto las fracturas ya existentes en la sociedad: la falta de protección social, la desconfianza en las instituciones, la percepción de incompetencia o corrupción de los gobiernos”. Esto se traduce en una mayor desigualdad social y un clima de crispación, que terminaría con manifestaciones y protestas sociales.

El FMI ha elaborado un índice de malestar social para cuantificar la probabilidad de que a la pandemia le sigan este tipo de protestas, estudiando hasta 11.000 acontecimientos desde los años 80. Entre otros, se incluyen desastres naturales y epidemias, de los que observan “una relación positiva entre los estallidos sociales y las epidemias”.

La fecha: verano de 2022

Más allá de la alerta, el organismo internacional fecha el momento concreto en el que ocurrirá el desastre. El estudio se basa en la relación cronológica de acontecimientos anteriores y avanza que será en verano de 2022 cuando la pandemia se transforme para dejar paso a las protestas sociales.

Los expertos reconocen que en los últimos meses se han producido pocas protestas sociales a nivel mundial. Incluso reconocen que “el número de manifestaciones físicas de malestar social ha caído a su nivel más bajo en casi cinco años”, precisamente por las restricciones a la movilidad y el miedo al contagio.

Así, el FMI prevé que a largo plazo la frecuencia de este tipo de manifestaciones y protestas aumente. “El riesgo de disturbios y manifestaciones contra el gobierno va en aumento”, reconoce el organismo, que alerta de que “sube el riesgo de graves crisis políticas (acontecimientos que pueden derribar gobiernos), que normalmente ocurren en los dos años posteriores a la epidemia grave”.

“Es razonable esperar que, conforme la pandemia se disminuya, los estallidos sociales emergerán de nuevo”, alertan los expertos del Fondo Monetario Internacional. En esta línea, aseguran que las pandemias “reducen el crecimiento económico y elevan la desigualdad” y crean “un círculo vicioso en el que el crecimiento más lento, la subida de la desigualdad y el aumento de malestar social se refuerzan el uno al otro”.