La eurozona cerró 2022 con la inflación interanual en el 9,2%, casi el doble del 5,5% con el que terminó el año el IPC armonizado en España. El IPC de la Unión Europea terminó el año por encima del 10%, en concreto en el 10,4%, tal y como ha desvelado la oficina comunitaria de estadística, Eurostat, este miércoles. El organismo sitúa así a España como el país de la eurozona y de la Unión Europea con el menor nivel de inflación, como anticipaban los expertos. 

Por otro lado, la inflación subyacente de la zona euro -aquella que no incluye los precios energéticos ni los alimentos no elaborados, el alcohol ni el tabaco- ha cerrado diciembre en el 5,2%, tocando un nuevo máximo en la serie histórica, con dos décimas más que en noviembre. Excluyendo solo el impacto de los precios energéticos sobre la inflación, la tasa interanual cerró el año en el 7,2%, dos décimas más que en noviembre. 

Los precios de la eurozona experimentaron una bajada de nueve décimas en diciembre, frente al 10,1% de noviembre, para cerrar el año en el 9,2%. Una caída similar han registrado los precios de la Unión Europea, desde el 11,1% de noviembre hasta el 10,4% en diciembre, siete décimas menos a nivel mensual. La reducción de la inflación en diciembre se mantiene desde octubre, momento en el que revirtió la tendencia alcista que le llevó a máximos históricos -del 10,6% en la eurozona y del 11,5% en la Unión Europea- en el décimo mes del año. 

Eurostat ha desgranado los diferentes componentes del IPC, con el alza de los precios de la energía en la eurozona en el 25,5% en diciembre, desde el 34,9% registrado en noviembre. Por otro lado, el encarecimiento de los alimentos frescos en la eurozona también se ha reducido en casi dos décimas, desde el 13,8% de noviembre hasta el 12% con el que cerró el año. La aportación de los servicios al IPC aumentó dos décimas en el último mes del año, en el 4,4% interanual, frente a noviembre; mientras que los bienes industriales no energéticos cerraron 2022 con una subida del 6,4%, tres décimas más que en el mes anterior. 

La comparación con España deja a la economía nacional en un buen lugar al cierre de 2022, con la tasa de inflación armonizada menos intensa de los Veintisiete y con un aumento de la diferencia de tres décimas porcentuales. Según las cifras de Eurostat, España cerró el año con la inflación en el 5,5%, por debajo de Luxemburgo (6,2%) o Francia (6,7%). El dato del IPC nacional queda casi en la mitad del IPC de la eurozona y la Unión Europea y muy por debajo de los países en los que la inflación supera incluso el 20%. Es el caso de Hungría, con el IPC al cierre de 2022 en el 25%, cinco veces más que España; Letonia (20,7%) o Lituania (20%). Cerca de este 20% quedan países como Estonia (17,5%) y hasta 16 economías europeas con tasas de inflación interanual por encima de los dos dígitos.