Repsol ha anunciado este miércoles, en una jornada titulada Low Carbon Day, dedicada a la transición energética y dirigida preferentemente a analistas e inversores, nuevos objetivos que acelerarán su transformación para convertirse en una compañía cero emisiones netas en el año 2050.

La hoja de ruta marcada por el Plan Estratégico 2021-2025 se centra en una combinación de electrificación y productos bajos en carbono que consiguen una descarbonización efectiva, sostenible y asequible de la economía.  En este contexto, Josu Jon Imaz, Consejero Delegado de Repsol, ha anunciado un incremento de los objetivos de generación renovable y de reducción de emisiones de la compañía. También un aumento de la inversión en soluciones bajas en carbono para acelerar la transformación hasta el año 2030.

Hoja de ruta

En primer lugar Repsol destinará 1.000 millones de euros adicionales a proyectos bajos en carbono en el periodo 2021-2025, hasta un total de 6.500 millones de euros, frente a los 5.500 millones de euros establecidos en el Plan Estratégico. La inversión irá destinada a iniciativas de bajas emisiones y se situará en el 35% en el periodo 2021-2025. Entonces el capital empleado para estos fines será del 45% en 2030. Los nuevos valores suponen un incremento de 5 puntos porcentuales respecto a los establecidos en el Plan Estratégico presentado hace casi un año.

De esta forma, la compañía tiene el objetivo de liderar la transición energética, en línea con el Acuerdo de París, y limitar el incremento de la temperatura global por debajo de los 2ºC. ¿Cómo lo pretende hacer? La nueva senda de descarbonización para alcanzar la neutralidad en 2050 establece una reducción del Indicador de Intensidad de Carbono del 15% en 2025, del 28% en 2030 y del 55% en 2040, frente a los anteriores del 12%, 25% y 50%, respectivamente.  Por ello, Repsol ha aumentado el precio interno de carbono que se aplica a toda nueva inversión.

Establecer un precio de carbono permite diseñar los nuevos proyectos y evaluar y tomar decisiones de inversión teniendo en cuenta todas las variables. En la misma línea, la energética ha establecido un objetivo más ambicioso de reducción de la intensidad de emisiones de metano, fijándola en el 0,20% en 2025. Esto supone una reducción del 85% frente a la anterior del 25%. La compañía ha anunciado también, por primera vez, objetivos absolutos de reducción de emisiones. De esta forma, establece el compromiso de reducir en 2030 el 55% de las emisiones en activos operados (alcance 1 y 2) y el 30% de las emisiones netas (alcance 1, 2 y 3). La estrategia de carbono y sus objetivos serán sometidos a votación de forma consultiva en la próxima Junta General de Accionistas.