Juan B. Renart lleva Vichy Catalán en la sangre. En la empresa circula la broma de que sus biberones ya eran del agua carbonatada del manantial de Caldes de Malavella que dio origen a esta empresa que ya ha cumplido 137 años. Consejero delegado de Vichy Catalán desde 2006, forma parte de la cuarta generación de una saga empresarial dedicada a divulgar la cultura del agua y sus usos terapéuticos. Todo empezó en 1881 cuando el doctor Modest Furest compró el manantial tras constatar las propiedades medicinales del mismo. Junto a siete familias, inició su explotación y en 1889 abrieron la primera planta embotelladora.

Asumió su puesto en la compañía justo antes de la crisis económica, cuando nadie podía aventurar la que se nos venía encima. Sí vio algún indicio en 2007 y aunque cree que desde la perspectiva actual es muy fácil hablarlo, se siente orgulloso de las decisiones que tomó en su momento para reinventar la compañía y adaptarla a los nuevos tiempo. Han sido más de diez años de duro trabajo, que ahora dan su fruto: la empresa acaba de entrar en el ranking de las 1.000 empresas inspiradoras de Europa, se ha abierto al negocio de las aguas saborizadas con zumos naturales, produce vino y ha convertido el balneario que dio origen a la compañía en un centro de referencia del turismo termal. 

La empresa facturó en 2017 un total de 122 millones de euros. Está presente en 48 países del todo el mundo y las exportaciones representan un 5% de la facturación.Las áreas en las que tienen mayor presencia son América, Centroamérica, Norte de África y Europa.

Hemos entrevistado a Juan B. Renart para hablar de su empresa y también de la situación de Cataluña en este momento, que ve francamente mal. En su opinión, hay un culpable: los políticos de un lado y de otro al no saber dar solución al problema del independentismo. Asimismo, critica el éxodo de empresas fuera de Cataluña al considerar que esa inseguridad jurídica a la que se apelaba, no estaba justificada del todo.

¿Cómo se hace negocio con un producto que es ‘solo agua’?

Todo empezó en 1881, de la mano del doctor Modest Furest, el fundador de Vichy Catalán, que quiso saber qué propiedades tenía el agua del manantial de Caldes de Malavella. La analizó y se dio cuenta de que tiene bicarbonatos y 27 de los 34 minerales que necesita el cuerpo humano. A partir de ahí empezó la cultura del agua. Sentimos que hemos contribuido, en parte, a divulgarla con la inclusión del agua de Vichy para cocinar verduras, legumbres, en los cócteles…

¿Esta agua carbonada se puede utilizar para cocinar?

Sí. Se utiliza para cocinar legumbres. Uno aprende del consumidor. Una señora dijo que hervía los garbanzos secos con agua de Vichy y en una hora los tenía a punto para comer. Al llevar sales propias, no es necesario añadir sal. La sal de Vichy no es el mismo sodio que la sal común, por tanto no interfiere, y tenemos estudios que lo demuestran, en la presión arterial.

Empezamos así, con la cultura del agua, con los alimentos, las bebidas y, recientemente, hemos dado otro paso: llevar el agua de Vichy en otros momentos y estilos de vida que los consumidores nos estaban pidiendo. De ahí la lata con tapa, para cuando se va al monte o en bicicleta. Luego hicimos las aguas saborizadas con esencias naturales. Tanto las aguas saborizadas como el fruit tienen 0% azúcar y están endulzadas con estevia. Realmente procuramos que todos nuestros productos sean saludables al máximo posible.Latas de Vichy Catalán con tapa

¿Es un negocio vinculado con hábitos saludables y en general con la salud?

Sí, queremos llevar la inquietud que tuvo nuestro fundador, Modest Furest, a los hogares u contribuir a mejorar la salud de la gente. Llevamos 20 años estudiando con el CISIC nuestros productos y nos hemos dado cuenta de que beber regularmente Vichy controla el colesterol malo. Como anécdota te puedo contar que, por temas de revisiones médicas en el ámbito de la empresa, varios directivos con edades distintas y consumidores habituals de Vichy, dimos un resultado bajo en colesterol.

¿Tiene algún sello de calidad de alguna entidad que certifique esas propiedades?

Además de los estudios del CSIC, los numerosos premios y reconocimientos que nos han dado a lo largo del siglo XIX, XX y XXI. Contamos con seis medallas de calidad y el reconocimiento de grandes chefs en España que han utilizado nuestra agua. Pero al final es el consumidor quien realmente avala el producto. Si no lo hubiera hecho, la empresa no tendría 137 años.

La estética es un componente importante en sus botellas y además son fácilmente reconocibles ¿es un elemento importante?

Sí, por ejemplo, la botella de Gaudí, cuyo diseño se ha traspasado del vidrio a otros formatos, como la lata y el plástico. Es una botella con una personalidad muy característica que se puede identificar desde lejos.

En su empeño por la diversificación se ha lanzado también a producir vino…

Es la parte de la innovación. Quisimos hacer un maridaje entre Vichy y el vino. Salimos en 2014 con las tres categorías, tinto, rosado y blanco. Se trata de un vino de baja graduación, 7º, que sirve como aperitivo, para comer o cóctel. Con las aguas saborizadas nos iniciamos en 2012.

Desde 2014 producen vino espumoso Viñachy tinto, rosado y blanco

Buscamos siempre productos de máxima calidad y con envases reconocibles. Por ejemplo la botella Font d’Or, de vidrio, que es azul trasparente. Hay gente que la utiliza después como decoración metiendo dentro un hilo de luces de navidad. Me han dicho que sale una lámpara preciosa. En el caso de la botella de Mondariz es de color verde y también se puede convertir en lámpara.

No solo intentamos proporcionar salud sino dar uso a nuestros envases.

¿Estáis comprometidos con el medio ambiente?

Nosotros no queremos hablar de ecología, queremos aplicar la ecología. En la página web nuestra hemos puesto todos los productos, gran parte, dando la opción al consumidor de elegir el envase reutilizable o el de un solo uso. La gran satisfacción nuestra ha sido que el top 3 de las ventas ha sido la botella de Font D’Or de litro y la botella de litro de Vichy reutilizables. Es como antaño. Yo llevo la caja al consumidor, que me paga los envases, pero sólo la primera vez porque luego se retornan. Todo ello con servicio a domicilio.

Nosotros no queremos hablar de ecología, queremos aplicar la ecología.

¿Qué tipo de políticas de sostenibilidad aplicáis, aparte de esta que me ha comentado?

En el balneario, por ejemplo, hemos hecho la piscina nueva y la hemos hecho de forma sostenible, con placas solares.

¿El balneario sería otra pata del nuevo modelo de negocio, no?

El balneario lo tenemos desde el principio. El propio Furest decía que él quería hacer desde el principio el balneario y la botella, pues como todo proyecto necesita capitalización para su expansión. Fue entonces cuando mi tío bisabuelo se metió en el negocio junto con otras familias.

¿Hay herederos del doctor Furest en la empresa?

Hay dos nietos que ya son de avanzada edad. En total éramos siete familias y de todas ellas permanecemos cuatro. Es un orgullo continuar con la tarea del doctor Furest y que las cuatro familias que continuamos sigamos creyendo en el proyecto y en rejuvenecer la marca, como hemos hecho ahora.

Hace un año por estas fechas estábamos hablando del éxodo de empresas catalanas que trasladaban su sede fuera de Cataluña apelando a la inseguridad jurídica ocasionada por el proceso independentista. Ustedes se quedaron, ¿les ha afectado de alguna manera tanto en positivo como en negativo?

Yo no sé si me ha perjudicado o me ha beneficiado. Siempre digo que los políticos tienen que hacer buena política y los empresarios nos debemos a nuestros consumidores y tenemos que hacer buenos productos. La sede no la hemos cambiado. Yo sí que tengo una hoja de ruta desde hace muchos años, con unas cosas como era sacar productos nuevos y eso no interfiere para nada en el tema político.

Vichy Catalán continuó en Cataluña al no ver la inseguridad jurídica a la que otras empresas apelaron por el independentismo

 Esa decisión de no seguir la estela de otros empresarios por motivos jurídicos, ¿no la sintieron o sí la sintieron pero decidieron asumir los riesgos?

No, no decidimos asumir los riesgos, entre otras cosas, porque tampoco explicaron cuáles eran los riesgos. Cuando no tienes información para tomar una buena decisión no se tiene que hacer. Una cosa es seguir la estela y otra crear ese alarmismo que, en su momento, se hizo. Unos más, otros menos. Siempre digo que a los dos lados hay gente que te quiere llevar a un extremo y el resto no podemos hacer nada.

Los radicalismos a mí no me encontrarán, ni de un lado ni del otro

En redes sociales sí les han atacado y les han asociado al independentismo.

Lo hizo un medio digital y había muchos errores. Utilizaron una entrevista mía de 2013. Los radicalismos a mí no me encontrarán, ni de un lado ni del otro. Tengo amigos en los dos lados y realmente al final la ciudadanía y los moderados, no sé cómo decirle, tenemos la obligación de poner las cosas en su sitio.

¿Cómo ve la situación política en este momento?

Solo te voy a decir dos apuntes. Mal. Porque no se está haciendo una buena política. No sé si han salido pocos o muchos. No estoy ni mirando las noticias. No me apetece y no solo por Cataluña. Si hay algo grave, ya me enteraré por otro lado.

Se tiene que hacer una Constitución para la educación. Un consenso del 100% de todos los partidos. Hasta que esto no se haga, lo veo mal. El otro día, si me permites la broma, decíamos un grupo, que de lunes a jueves los políticos que trabajen bien y el viernes que se insulten unos a otros. Más allá de esto, yo soy empresario, hago productos y quiero llevarlos a la casa de mis consumidores.

¿Cómo valora que les hayan situado en el ranking de las 1.000 empresas inspiradoras de Europa?

Es el premio al trabajo bien hecho de los últimos tiempos. Tanto el director general como yo hemos motivado a la gente para que no tuviera miedo a equivocarse. Con responsabilidad porque no es lo mismo hacer una lata con tapa que sin ella ni poner una nueva máquina o no. Últimamente estamos creciendo dos dígitos y es una gran satisfacción. Ahora es época de sembrar para luego ir recogiendo. Es una frase, pero se tiene que hacer. No puedes coger una manzana de un árbol si no lo has plantado previamente. Estas cosas tan sencillas son la realidad y lo que nos ha transformado de tal manera que estemos en esa lista de las 1.000 empresas.

La botella de plástico también nos ha dado premios, uno de ellos por un anuncio publicitario utilizando el rugby, un deporte en el que vemos muchas similitudes con nosotros: trabajo en equipo, honestidad, lealtad, valores… Ahora, por valores parecidos, nos hemos lanzado al vóley.

¿Sufrieron mucho con la crisis económica?

Sí. Como todas lae empresas en toda España. Creo que no hay empresa que no haya sufrido ningún cambio. El que no ha hecho nada y le funcionaba, le felicito pero siempre hay que cambiar las cosas para ir a mejor. No por el hecho de que tenga miedo, como te decía antes. Nosotros bajamos ventas y es cuando empezamos a pensar. Salimos en el mercado con la lata en 2012 pero la lata se empezó a cocinar en el 2010. Tardó dos años en ver la luz. Son momentos muy duros, tienes que tomar decisiones pero al final tienes que intentar mirar más lejos. Las crisis son cíclicas y no sabemos de qué vendrá la siguiente, pero si uno ha hecho el trabajo, puede estar tranquilo.

¿Cuál es el próximo reto?

En la cocina hay muchos ingredientes y siempre está encendido el fuego y se están cocinando cosas. Cuando llegue el momento te diré porque hablar ahora de un plato cuando no se sabe si saldrá salado o demasiado dulce…