Bruselas ha avalado esta misma mañana el veto del Gobierno a la opa de Magyar Vagon sobre Talgo, apenas dos días después de conocerse la decisión del Ejecutivo nacional para frenar la operación anunciada por los húngaros. La portavoz de la Comisión Europea, Francesca Dalboni, ha explicado en una rueda de prensa este jueves que se trata de una prerrogativa de los Estados miembros adoptar este tipo de decisiones. La propia portavoz ha avanzado que la situación podría terminar dirimiéndose en el Tribunal de Justicia de la Unión Europea, como ya ha anunciado el propio grupo húngaro, que tomará “todas las acciones legales a su alcance” contra el no del Gobierno.
La Comisión Europea ha avalado el veto del Gobierno a la operación y, en esta línea, la portavoz ha evitado poner objeciones a la decisión del Ejecutivo nacional. Una decisión tomada tras el análisis de la Junta de Inversiones Extranjeras, un órgano interministerial en el que comparten espacio el Ministerio de Economía; el Ministerio de Turismo y el Ministerio de Transportes. La portavoz se ha limitado a asegurar desde Bruselas que los Estados miembros europeos tienen esta prerrogativa a la hora de tomar decisiones.
La portavoz europea ha recordado que los tratados de la Unión Europea permiten restringir la libertades de mercado único, como la libertad de establecerse y el libre movimiento de capitales alegando motivos de seguridad pública. "Las medidas deben estar justificas y ser proporcionales al objetivo que persiguen", ha añadido Dalboni. Precisamente el Ejecutivo ha argumentado su veto a la opa de Magyar Vagon por motivos de "seguridad nacional" y "orden público" en base a un informe que habría elaborado el Centro Nacional de Inteligencia (CNI) en el que, aparentemente, habría encontrado una vinculación entre Magyar Vagon, el grupo Ganz-Mavag Europe, el Gobierno húngaro de Viktor Orban y el ruso de Vladimir Putin. Un informe que, no obstante, ha sido calificado como "información clasificada" por el Ejecutivo y del que no se conocen más detalles.
Asimismo, la portavoz comunitaria ha asegurado en rueda de prensa que las autoridades españolas no tenían ninguna obligación de informar previamente al Ejecutivo europeo sobre su no a la opa de Magyar Vagon ya que se trata de una prerrogativa de cada uno de los Estados miembros.
La justicia europea entra en juego
Con todo esto, el portavoz comunitario Eric Mamer ha explicado también que los principios por los que funciona la Unión Europea aparecen recogidos en los tratados y que este tipo de decisiones deberán ser supervisadas en última instancia por el Tribunal de Justicia de la Unión Europea. No obstante, desde Bruselas aseguran que, por el momento, no han tenido noticias del recurso anunciado por Magyar Vagon. El grupo interesado en hacerse con el negocio de Talgo no ha tardado en responder al veto del Gobierno con la intención de recurrir a "todas las acciones legales a su alcance" para poder avanzar en su carrera hacia Talgo.
La compañía ha avanzado que recurrirá a acciones legales, tanto en España como a nivel europeo, para defender su oferta sobre el negocio de Talgo. Una opa que, además, tiene carácter amistoso y no hostil, ya que fue aprobada por el consejo de administración de la compañía objeto de interés. Los húngaros están convencidos de la "legitimidad de su oferta voluntaria por Talgo" y pretenden defenderla también por vía legal. En esta línea, defienden que la operación cumple “con todos los requisitos legales vigentes” y basan su argumentario en el visto bueno, y aval, que recibió de las más de 20 entidades financieras que ya dieron su ok a la opa húngara sobre el 100% de Talgo en la primavera de este año.
El principal directivo de Magyar Vagon, András Tombor, confirmaba en julio, hace poco más de un mes, contar con el aval del sector financiero a la opa, uno de los pasos clave en el plan para hacerse con el negocio del fabricante de trenes español. Sin embargo, el propio Tombor avanzaba también en la rueda de prensa que la empresa contaba con la posibilidad legal de recurrir la decisión del Gobierno si este no diera su visto bueno a la opa. Algo que finalmente ha ocurrido y que Magyar Vagon, tal y como había avanzado, ha cumplido. Desde Bruselas parecen tener claro también que el recurso llegará al Tribunal de Justicia de la Unión Europea, más allá de los trámites que recorra en España.
Mientras tanto, Talgo mantiene la calma a la espera de la respuesta que la justicia, española y europea, dé al plan de Magyar Vagon para hacerse con su negocio. Y es que las partes coinciden en que Talgo necesita de un socio industrial para hacer frente al amplio volumen de pedidos que tiene en estos momentos. Un socio que le permitiría mantener la capacidad de producción actual y futura.