El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, ha comparecido ante la prensa tras la reunión del Consejo de Gobierno del supervisor europeo, que casi todas las decisiones sobre la retirada de estímulos monetarios "se tomarán en octubre".

Previamente el Consejo de Gobierno ha dejado su tasa de interés rectora en el mínimo histórico del 0 % y ha dicho que sigue dispuesto a aumentar más las compras mensuales de deuda pública y privada en la zona del euro, que son ahora de 60.000 millones de euros, "si el panorama empeora".

"Este otoño decidiremos sobre la calibración de nuestros instrumentos de política monetaria más allá de finales del año, teniendo en cuenta el ritmo de inflación", agregó.
El presidente del BCE dijo que el Consejo de Gobierno no discutió la secuencia en cómo se producirá la retirada de los estímulos monetarios y la subida de los tipos de interés.
También afirmó que no vemos riesgos sistémicos de burbujas, sólo algo en esa dirección en el mercado inmobiliario, donde los precios han subido en algunas ciudades en algunos países de la zona del euro.

El consejero delegado de Deutsche Bank, John Cryan, pidió ayer termine la época del dinero barato pese a la fortaleza del euro y se quejó de que "hay burbujas en algunas partes del mercado de capital".

"No vemos el otro componente que acompaña a las burbujas, que es el incremento del endeudamiento", dijo el presidente del BCE, y recomendó a los políticos medidas de prudencia macroeconómica para hacer frente a estas subidas de precios y no cambios en la política monetaria.
También destacó que "las condiciones financieras se han endurecido pero todavía apoyan el crecimiento económico".

Crecimiento del 2,2% e inflación del 1,5%

El BCE prevé un crecimiento de la zona del euro del 2,2 % para este año (tres décimas superior al 1,9 % que anunció en las proyecciones de junio), con una inflación del 1,5 % (igual que en junio)

Los expertos del BCE prevén ahora para el 2018 un crecimiento del 1,8 % (como en junio) con una inflación del 1,2 % (1,3 % en junio). Asimismo para 2019 pronostican un crecimiento del 1,7 % (como en junio) y una inflación del 1,5 % (1,6 %).

Draghi confirmó que los "riesgos para las perspectivas de crecimiento siguen ampliamente equilibrados" en la zona del euro.
Sin embargo, añadió, "los riesgos a la baja continúan existiendo y están relacionados principalmente con factores globales y cambios en los mercados de divisas".

Las previsiones de crecimiento han sido revisadas al alza este año y las de inflación un poco a la baja para el próximo año y 2019, en este último caso "reflejando principalmente la reciente apreciación del tipo de cambio del euro", según Draghi.

Recordó que la inflación alcanzó el pasado agosto el 1,5 % y pronosticó que tendrá efectos los precios de la energía, pero reiteró que no ven señales convincentes de que suba de forma sostenida la inflación subyacente, que descuenta los elementos más volátiles como la energía y los alimentos.

Incertidumbre con la volatilidad de los tipos de cambio

Además afirmó "que la reciente volatilidad en los tipos de cambio es una fuente de incertidumbre para lograr el objetivo de estabilidad de precios a medio plazo". Draghi explicó que esa fuente de incertidumbre "requiere observación sobre sus implicaciones para las perspectivas a medio plazo de la estabilidad de precios".
El euro subió y superó los 1,20 dólares después de que Draghi hiciera estas declaraciones, y a media jornada se cambió a 1,1981 dólares.


Compra de deuda

En el comunicado hecho público tras la reunión del Consejo de Gobierno, se señala la disposición de ampliar el volumen y/o la duración de ese programa de compra de deuda mientras no vea que la inflación llega a su objetivo, que es una tasa cercana pero por debajo del 2 %.

"Si las perspectivas fueran menos favorables, o si las condiciones financieras fueran incompatibles con el progreso del ajuste sostenido de la senda de inflación, el Consejo de Gobierno prevé ampliar el volumen y/o la duración de este programa"se afirma en el texto.

Con las compras de deuda pública y privada de la zona del euro, el banco emisor quiere impulsar la concesión de crédito a la economía real, a las empresas y los hogares de la región.
La entidad se enfrenta a un dilema: por un lado, una economía sana con un crecimiento y una inflación mayores de lo esperado es un argumento persuasivo para que comience a reducir sus compras de activos, según un análisis del director Global de Renta Fija de Allianz Global Investors, Franck Dixmier.
Por otro lado, añade Dixmier, el reciente auge del euro -que equivale a un endurecimiento de las condiciones financieras- es un argumento para que el banco central se apegue a su política monetaria acomodaticia durante algún tiempo.