Comisiones Obreras (CCOO) y la Coordinadora de Agricultores y Ganaderos (COAG), el principal sindicato agrario, han mostrado desavenencias por la subida progresiva del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) anunciada por Pedro Sánchez. El presidente del Gobierno ha prometido subir el SMI hasta el 60% del salario medio, es decir, desde los 900 euros actuales hasta los 1.166 euros al final de la legislatura.

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La anterior subida del salario mínimo llevada a cabo por el PSOE hasta los 900 euros afectó negativamente a los trabajadores agrarios y a las trabajadoras del hogar, traducido en pérdidas de empleo en ambos sectores. Por ese motivo, el sindicato agrario no está a favor de la nueva subida del salario mínimo, considerando que es "inasumible" para sus 150.000 agricultores y ganaderos.

En el lado contrario se encuentra CCOO, que defiende sueldos dignos para todos los trabajadores. Incluso el sindicato ha acusado a la COAG de obstaculizar que los trabajadores del campo vivan “con dignidad” por oponerse a que el SMI crezca hasta los 1.000 euros mensuales.

COAG: La subida del SMI supondría una asumible subida del 50,4% de los costes laborables

CCOO y COAG han mantenido una estrecha relación durante décadas en el mundo rural, pero ahora la subida del salario mínimo ha comenzado a generar discrepancias. El problema surge a raíz de un informe por parte de la COAG, en el que rechazan la subida del salario mínimo hasta los 1.000 euros. Esto supondría, según sus propios cálculos, una “inasumible” subida del 50,4% de los costes laborales, “al pasar de 967€ por trabajador/mes en 2018 a 1.455€ en 2020”, asegura el sindicato agrario.

Por su parte, COAG reconoce abogar por unos salarios dignos y un empleo de calidad pero, “en un contexto de caída de rentas y de entrada sin control de importaciones que no cumplen ni con la más mínima cobertura social y laboral de sus trabajadores, la importante subida de los costes laborales nos expulsa del mercado.”

En esta línea, el sindicato agrario compara el coste laboral de un jornalero español con uno de Marruecos, siendo 14 veces superior en el caso nacional, según sus cifras. “Estamos a años luz de poder trasladar al precio de nuestros productos el incremento de costes, en un mercado desregulado en el que se impone la ‘ley de la selva’. La presión en precios y costes está asfixiando a las explotaciones familiares”, asegura el responsable del Área de Relaciones Laborales de COAG, Eduardo López.

CCOO: “Es inaceptable que organizaciones que reclaman su derecho a vivir con dignidad del campo, nieguen ese mismo derecho a sus trabajadores"

Por su parte, CCOO asegura: “no es de justicia social que pretendan comparar (refiriéndose a la COAG) las condiciones laborales de las personas trabajadoras españolas con las de Marruecos en lugar de hacerlo con las de Francia, Italia y otros países productores similares a España”.

El sindicato presidido por Unai Sordo considera que la subida del salario mínimo es “perfectamente compatible con las explotaciones agrarias, cuyo problema es el tamaño y no los salarios de sus trabajadores”. En esta línea, piden una “mínima dignidad” para sus trabajadores, algunos de ellos con salarios de 7 euros/hora, según el sindicato.

De hecho, de los 421.000 trabajadores agrarios que había en 2018 según el INE, no todos los trabajadores por cuenta ajena cobran el SMI, por lo que la cifra de afectados sería muy inferior. En esta línea, CCOO denuncia que “es inaceptable que organizaciones que reclaman su derecho a vivir con dignidad del campo, nieguen ese mismo derecho a sus trabajadores, sigan reclamando su singularidad y exigiendo excepción a la hora de cumplir la ley.”

Además, Comisiones Obreras recuerda que los empresarios agrarios reciben alrededor de 6.000 millones de euros anuales de subvenciones públicas de la Unión Europea, a través de la Política Agraria Común (PAC). “El campo español no se merece empresarios con esa visión tan cicatera que pretenden que las explotaciones sean competitivas con salarios indecentes”, afirma el sindicato.