Si aún no has oído hablar de esta tendencia de consumo llamada Kilómetro Cero, te la contamos. en pocas palabras, se trata de comprar productos que han sido hechos cerca de tu ciudad. Da igual que sean verduras o frutas que zapatos. Si eliges esta opción, preguntando quién y dónde ha fabricado algo que vas a comprar, estarás haciendo un favor al planeta y a tu economía. Y a tu forma de vida.

Km 0: Comprar cerca a los que están cerca

La economía de Km 0 supone para empezar que ha sido transportada por carretera muy pocos kilómetros, evidentemente más que cero, pero los menos posibles. Con eso, se ahorra muchísimo combustible y si es gasolina, evitas emisiones de CO2 a la atmósfera. Aunque fueran vehículos eléctricos, ¡el ahorro de energía siempre es bueno!

Invertir en tu barrio o pueblo

Lo siguiente que favorece el comercio de Kilómetro 0 es la existencia de tejido productivo, industrial o agrícola en tu zona. Una economía local que compita con las grandes corporaciones y la globalización. Suelen ser pequeños emprendedores y artesanos, y cada vez más comprometidos con un desarrollo sostenible. Comprando en tu barrio o ciudad productos hechos allí, permitirá mantenerlo vivo y lejos de la gentrificación, por ejemplo.  
Y la existencia de comercio local está demostrado que también contribuye a la seguridad de las calles y pueblos. Si la gente trabaja y compra donde vive, las calles están también vivas.
Así que por tu bien y por el de todos, busca siempre que puedas los productos de Km 0. Todo son ventajas. Más ecológicos, si son alimentos generalmente más frescos  y muchas veces más baratos porque tienen menor coste de transporte y logística. También tienen menos intermediarios y las ganancias suelen ser más justas para el productor y el vendedor.