Las discrepancias entre Nadia Calviño, ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, y Yolanda Díaz, ministra de Trabajo y Economía Social, vuelven a estar de actualidad en el seno del Gobierno. Las diferencias económicas que afloraban periódicamente en la anterior legislatura y han hecho aparición durante este periodo en funciones, amenazan con jugar un papel clave en la conformación de un nuevo Ejecutivo bicolor. La lucha actual es la duración de la jornada laboral, cuya reducción es una de las exigencias programáticas de Sumar, partido liderado por Díaz.

Las dos vicepresidentas no coinciden en la forma de abordar esta cuestión y, si bien ambas consideran que es un debate que debe de desarrollar, presentan diferentes planteamientos. La cabeza laboral del Gobierno ha puesto sobre la mesa de negociación de la investidura la inclusión en el acuerdo de una reducción de una hora diaria en la jornada laboral. El planteamiento de Sumar es que el primer avance se produzca durante 2024, estableciéndose una bajada de las 40 a las 37,5 horas semanales, con la progresión de alcanzar las 35 horas a finales de legislatura.

La formación de Díaz considera vital adaptar la normativa laboral, sin variaciones en este aspecto desde 1983, a las nuevas realidades. Sin embargo, Calviño considera que la prioridad en estos momentos debe ser otra. “Es indudable que las negociaciones sobre el tiempo del trabajo van a estar muy presente en los próximos años, pero está claro que la prioridad para la próxima legislatura tiene que ser acabar con el desempleo, esa lacra que arrastramos desde hace décadas y pone a España en una posición anómala respecto al resto de países europeos”, ha apuntado la titular de Economía en una entrevista concedida a TVE.

La vicepresidenta aspira a “lograr el pleno empleo efectivo”, cifrado por el Gobierno en el 8% de paro estructural, aunque algunos expertos difieren y reducen el porcentaje de desempleo al 4% para considerar que un país se encuentra en situación de pleno empleo. Más allá de esta discusión, lo cierto es que la reducción al 8% supondría un hito para España, ubicada siempre en tasas de paro más elevadas. La parte socialista tiene enfocados sus esfuerzos en este horizonte, al cual dota de la máxima prioridad en materia de empleo.

Además, Calviño ha señalado también las diferencias sectoriales y empresariales como punto de fricción, al considerar que esto imposibilita una implantación generalizada. “Todos somos conscientes de que la situación de cada uno de los sectores y empresas es muy diferente, igual que cuando hablamos de teletrabajo”, ha apuntado. Por ese motivo, la vicepresidenta primera defiende que “la aproximación tiene que ser la de iniciar un diálogo con los agentes sociales y, dentro de la negociación colectiva, abordar el horario de trabajo, que es donde tiene que situarse esa negociación”. En conclusión, insta a seguir llevando a cabo el debate “en los próximos años”.

Incertidumbre internacional

Estas palabras de la titular económica han llegado desde León, donde se encuentra presidiendo la reunión informal entre ministros de Telecomunicaciones en el que los mandatarios europeos debatirán sobre el desarrollo de las nuevas tecnologías y la regulación de la Inteligencia Artificial en el marco de la presidencia española del Consejo de la Unión Europea. Desde allí, Calviño ha reflexionado sobre la influencia del ataque israelí sobre Gaza a la economía española y a los mercados internacionales.” Está claro que junto a la incertidumbre de la guerra de Ucrania se suma ahora la incertidumbre del conflicto en Oriente Próximo”, ha lamentado.

Todo ello ha llevado a la ministra ha señalar que, pese a lo dramático de la situación, “tenemos que acostumbrarnos a una normalidad internacional que va a estar marcada por el conflicto y la incertidumbre en el futuro más inmediato”. En este sentido, España no es una isla y como potencia europea notará los efectos, aunque por el momento lo está haciendo en mucha menor medida que países vecinos. En la inflación ya se preveía “volatilidad para la segunda parte del año”, ha tranquilizado Calviño, poniendo el valor el dato subyacente y la comparación europea.

“Nuestra previsión y, sobre todo, la del Banco de España, que es le responsable del control de la inflación con la política monetaria, es que el año que viene sigamos en esa senda descendente y que España se mantenga entre los países europeos con la inflación más baja”, ha puesto en valor. En el resto de variables económicas, Calviño se ha mostrado confiada.

“La economía española está mostrando una notable resistencia en un contexto internacional de incertidumbre y ralentización mundial, sigue creciendo con fuerza y todas las previsiones apuntan a un crecimiento del entorno del 2,4% y del 2% para este año y el que viene. Todos los organismos prevén que España sea la gran economía europea que más crezca, el mercado de trabajo sigue yendo bien, las inversiones siguen avanzando”, ha resumido.