Sumar encamina la recta final de su acuerdo de investidura con el PSOE aplazando la resolución de los problemas que existen en su grupo parlamentario a después de la formación de Gobierno. Con la reducción de la jornada laboral como principal escollo, los de Yolanda Díaz presentarán en los próximos días, y antes del 31 de octubre, junto a Pedro Sánchez, el acuerdo del previsible futuro Gobierno de coalición. El PSOE quiere cerrar el acuerdo este lunes o a más tardar el martes y aseguran que quedan "flecos". Sumar, por otro lado, quiere apretar a su socio y conseguir un compromiso claro de los socialistas con respecto a la jornada.

No son los únicos puntos por cerrar. También hay discrepancias con el PSOE en mantener el impuesto extraordinario a la banca y las energénicas y terminar de cerrar el reconocimiento de Palestina.

Aunque ambos partidos evitan hablar de fechas concretas para cerrar el acuerdo, la fecha límite que se han puesto es el 31 de octubre. Es decir, antes del martes que viene el acuerdo deberá estar cerrado. No obstante, la fecha podría verse retrasada unos días teniendo en cuenta que la fecha límite para celebrar una investidura es el 27 de noviembre si no se quiere ir a elecciones de nuevo y Sánchez pretende celebrar su investidura entre el 6 y el 10 de noviembre, según fuentes del PSOE.

Los de Díaz consideran esencial reducir la jornada laboral para elaborar un nuevo Estatuto de los Trabajadores acorde al 2023 así como endurecer el despido, crear una ley de cuidados con permisos remunerados y elaborar más iniciativas que faciliten el acceso a la vivienda.

Según ha explicado Díaz, Sumar plantea una ley para establecer una jornada laboral máxima de 37,5 horas semanales en 2024 y reducirla progresivamente hasta fijarla en 32 horas, con diálogo social y sin merma en el salario. La vicepresidenta ha argumentado que esta medida es clave para "aumentar la productividad", frente a la "vergüenza" que supone tener "la misma jornada laboral en los últimos 100 años". "El tiempo de trabajo es vital para la gente, para vivir mejor, para poder ser más felices", ha afirmado este fin de semana en un acto en Valencia.

Además de la reducción de la jornada laboral, Díaz ha enumerado otras demandas de Sumar al PSOE para el acuerdo de gobierno, como las condiciones del despido, la subida de los salarios y las pensiones, la participación de los trabajadores en las decisiones de las empresas, el impuesto permanente a la banca, la lucha contra el cambio climático, el refuerzo de la sanidad pública y una reforma fiscal progresiva. "La próxima tiene que ser la legislatura del trabajo, de los avances sociales, del feminismo, de la ecología", ha recalcado.

No obstante, en Asuntos Económicos rebajan la exigencia de Díaz por ser más una utopía que una cuestión viable. "Es indudable que las negociaciones sobre el tiempo del trabajo van a estar muy presente en los próximos años, pero está claro que la prioridad para la próxima legislatura tiene que ser acabar con el desempleo, esa lacra que arrastramos desde hace décadas y pone a España en una posición anómala respecto al resto de países europeos y lograr el pleno empleo efectivo (8%). Tenemos 21 millones de personas trabajando y está aflorando la economía sumergida", decía este mismo lunes la vicepresidenta Nadia Calviño concentrando los esfuerzos en apuntalar el empleo estable y de calidad.

Además, señalaba la complejidad de reducir la jornada laboral en base al tejido empresarial español dominado por pymes: "Todos somos conscientes de que la situación de cada uno de los sectores y empresas es muy diferente, igual que cuando hablamos de teletrabajo".

"La aproximación tiene que ser la de iniciar un diálogo con los agentes sociales y, dentro de la negociación colectiva, abordar el horario de trabajo, que es donde tiene que situarse esa negociación. Por supuesto, es un debate que está a nuestro alrededor y tenemos que seguir llevando a cabo en los próximos años", inciaba dejando entrever que la exigencia de Díaz se va a quedar más en una intención que en una realidad.

La vivienda es la cuestión en la que más puntos de encuentro pueden encontrar con el PSOE. Los de Sánchez creen que la vivienda será uno de los pilares de esta legislatura, aunque centran el grueso de sus negociaciones en amarrar los votos de Junts con la ley de amnistía en el horizonte.

Podemos, aparte

El PSOE negocia a la vez con Sumar y con el independentismo. Sin embargo, en los últimos días, Ione Belarra, líder de Podemos, ha querido desvincularse de la coalición con Sumar y ha exigido al PSOE que reconozca sus propuestas si quiere el 'sí'.

Así, piden propuestas "asumibles" como subir el salario mínimo a 1.500 euros, congelar los precios de los alquileres durante la legislatura, derogar la Ley 'Mordaza' o renovar el Consejo General del Poder Judicial. También piden formar parte del Gobierno con Irene Montero repitiendo como ministra de Igualdad.

Por su parte, el otro partido de ámbito estatal de Sumar, Izquierda Unida, ha pedido al PSOE que congele el precio del alquiler, reformar la financiación local y crear un millón de puestos de empleo. También quieren estar dentro del Ejecutivo.

Los partidos regionalistas también quieren arrancar compromisos al PSOE. Compromís pide reformar la financiación económica, los 'comunes' que se traspase Rodalies a la Generalitat y Més que se desarrolle el Régimen Especial Balear.