Uno de cada cuatro residentes en España se encontraba en riesgo de pobreza o exclusión social en 2022, tal y como revela la tasa AROPE (por sus siglas en inglés, At Risk Of Poverty or social Exclusion) publicada este lunes por el Instituto Español de Estadística (INE). Un elevado 26% que, no obstante, se ha reducido notablemente con respecto a 2021, cuando el dato se situaba en el 27,8%. Tres aspectos son los que valora la estadística para considerar que una persona se encuentra en esta situación de indefensión: Riesgo de pobreza, Carencia material y social severa y Baja intensidad en el empleo.

Las tres variables, aunque presentando valores elevados, se han reducido. Así, el porcentaje de población en riesgo de pobreza descendió del 21,7% al 20,4%; el porcentaje de personas residentes en hogares con carencia material y social severa disminuyó seis décimas, hasta el 7,7%; y el porcentaje de población en situación de baja intensidad en el empleo pasó del 11,6% al 8,6%. Los datos muestran la mejoría que se produce en España desde 2014, año en el que la tasa AROPE era del 30,2%, y la mejora con respecto a 2021, curso en el que los efectos de la crisis sanitaria golpearon especialmente a la población más vulnerable y la cifra se incrementó ocho décimas.

Este 26% (32 en el Índice Gini), aunque poco ambicioso, es el objetivo que el país tenía establecido en el Informe España 2050 de cara a 2030, por lo que su consecución se ha adelantado ocho años. “La mejora en las condiciones de vida, la reducción de la población en riesgo de pobreza y el mayor acceso al empleo” son los aspectos que el Ministerio de Asuntos Económicos ha destacado como “especialmente relevantes” para la consecución del objetivo en un “contexto de crisis internacional y elevada inflación”. La nota más negativa la presenta el porcentaje de ciudadanos que no tuvo capacidad para afrontar gastos imprevistos, que ascendió dos puntos en un año y se situó en el 35,5%

En este sentido, desde la cartera liderada por Nadia Calviño aseguran que la mejora de los datos “pone de manifiesto la eficacia de las medidas adoptadas para compensar a vulnerables y sectores más afectados y los positivos resultados de las reformas, que están permitiendo mejorar la situación de las familias”. Lo cierto es que todos los indicadores contemplados en esta estadística han mejorado, pero se aprecian también aspectos negativos como el aumento de la tasa AROPE en 2022 para mayores de 65 años (del 20,5% al 21,3%). No obstante, el peor dato, a pesar de haberse reducido un punto, lo marcan los menores de 16 años (32,2%).

El riesgo de pobreza, indicador relativo que mide desigualdad atendiendo al umbral de pobreza (10.088 euros al año), afectó durante 2022 al uno de cada cinco residentes (20,4%). La estadística muestra que la formación es determinante y que la población menos formada sufre más golpe de la pobreza. Entre las personas con educación superior el porcentaje se sitúa en el 14,1%, lejos del 26% medio, valor que asciende hasta el 25,4% entre población con educación secundaria en segunda etapa. Por encima de la media aparecen la población con educación secundaria de primera etapa (31,5%) y la que tiene una formación primaria o inferior (36,1%).

Diferencias entre territorios

Como no podía ser de otra manera, los porcentajes de pobreza varían notablemente entre las diferentes Comunidades Autónomas. Así, las tasas de riesgo de pobreza o exclusión social aparecen en las regiones más pobres y castigadas por el modelo económico. El peor dato lo refleja Extremadura, con un AROPE del 36,9% y un riesgo de pobreza del 30%. De cerca le siguen Canarias, con un 36,2% y un 29,4%, y Andalucía, con un 35,8% y un 29,1%. Por encima de la media aparecen también Castilla – La Mancha (31,6% y 26,1%), la Región de Murcia (31% y 26,3%) y la Comunidad Valenciana (27,5% y 22,3%).

En el extremo opuesto, las CCAA cuyas tasas son más bajas son la Comunidad Foral de Navarra, con un 14,5% de AROPE y un 10,9% de riesgo de pobreza, y País Vasco con un 15,7% y un 12,2%, respectivamente. El pódium lo completa Aragón con un 19,1% y un 15%. En las comunidades donde se ubican los dos grandes núcleos urbanos, Cataluña y la Comunidad de Madrid, se recogen datos muy similares. Así, en Cataluña el AROPRE es una décima superior al registrado en Madrid, 20,4% frente a 20,3%, pero el riesgo de pobreza es tres décimas inferior, 14,5% frente a 14,8%. Más allá de las CCAA, Ceuta y Melilla presentan los peores datos de todo el país, con tasas AROPE por encima del 40% y porcentajes de nivel de pobreza cercanas al 35%, ambos datos muy similares en ambas ciudades.

Aumentando el espectro de riesgo de pobreza y del conjunto del AROPE, existe también un importante porcentaje de la población que experimenta mucha dificultad para llegar a fin de mes (8,7% en el conjunto de España). Por territorios, Canarias (13,4%), Andalucía (11,7%) y Extremadura (11,0%) fueron las comunidades autónomas con mayores porcentajes de personas que llegaban a fin de mes con “mucha dificultad” en 2022. Por el contrario, las que presentaron los menores porcentajes fueron La Rioja (3,3%), País Vasco (3,9%) e Islas Baleares (5,7%).