El Banco Central Europeo (BCE) ha aprobado la bajada de los tipos de interés. Después de dos años de política económica restrictiva, que comenzó con la primera subida de julio de 2022, el organismo presidido por Christine Lagarde ha decidido reducir 25 puntos básicos el precio del dinero y situarlo en el 4,25%. Si bien la rebaja es mínima teniendo en cuenta que los tipos se encontraban en el nivel más alto de su historia (4,5%), la relajación supondrá un alivio para los tipos hipotecarios en el momento de su traslado al mercado.

Ochos años han tenido que pasar para que el supervisor único apruebe una nueva rebaja. Muy atrás queda marzo de 2016, cuando el anterior presidente, Mario Draghi, se llevo los tipos hasta el 0%. No obstante, el valor seguirá situado en el máximo histórico que se registraba antes de que diese comienzo el rally alcista de Lagarde. La inflación de la zona euro (2,6%) camina, lenta pero estable, hacia los valores del 2% exigidos por el BCE para rebajar la presión y la confianza en su doblegamiento es la más altas de los últimos años.

“Sobre la base de una evaluación actualizada de las perspectivas de inflación, la dinámica de la inflación subyacente y la intensidad de la transmisión de la política monetaria, es apropiado moderar ahora el grado de restricción de la política monetaria tras nueve meses en los que los tipos de interés se han mantenido sin variación”, ha valorado el organismo en el comunicado emitido. La presión era muy elevada y, pese a que todavía no se ha cumplido la meta establecida, a Lagarde no le ha quedado otra que aflojar el cinturón económico.

La justificación esgrimida ha sido el descenso de más de 2,5 puntos de la tasa inflacionaria desde septiembre de 2023, además de la mejora “notable” de las previsiones. “La inflación subyacente también se ha moderado, lo que refuerza las señales que indican que las presiones inflacionistas se han debilitado, y las expectativas de inflación se han reducido en todos los horizontes”, añaden. Asimismo, felicitándose a sí mismos, el comunicado asegura que “la política monetaria ha mantenido unas condiciones de financiación restrictivas, lo que, al frenar la demanda y mantener las expectativas de inflación firmemente ancladas, ha contribuido de forma importante al retroceso de la inflación”.

Sin ilusión a futuro, solo datos

No obstante, este movimiento del BCE no significa, ni mucho menos, que en las próximas reuniones del Consejo de Gobierno, la próxima está fechada el 18 de julio, vaya a reeditarse un descenso. Esto lo ha querido dejar claro el supervisor: “Pese a los progresos realizados en los últimos trimestres, las presiones inflacionistas internas siguen siendo intensas debido al elevado crecimiento de los salarios, y es probable que la inflación continúe por encima del objetivo hasta bien avanzado el próximo año”.

Las previsiones del Eurosistema apuntan a que la inflación se situará en el 2,5% en 2024, el 2,2% en 2025 y el 1,9% en 2026. Así, el comunicado recoge que el BCE “mantendrá los tipos de interés oficiales en niveles suficientemente restrictivos durante el tiempo que sea necesario para lograr ese objetivo” y, en consecuencia, “el Consejo de Gobierno continuará aplicando un enfoque dependiente de los datos, en el que las decisiones se adoptan en cada reunión, para determinar el nivel de restricción y su duración apropiados”.

Con todo el tipo de interés de las operaciones principales de financiación y los tipos de interés de la facilidad marginal de crédito y de la facilidad de depósito se reducirán hasta el 4,25 %, el 4,50 % y el 3,75 %, respectivamente, con efectos a partir del 12 de junio de 2024. Además, el Consejo de Gobierno también ha confirmado que reducirá las tenencias del Eurosistema de valores adquiridos en el marco del programa de compras de emergencia frente a la pandemia (PEPP) en 7.500 millones de euros mensuales en promedio en el segundo semestre del año.