Los riders afrontan su verano más complicado. Al descenso de la demanda de pedidos a domicilio en el periodo de desescalada se suman ahora los posibles cambios del modelo de trabajo en las plataformas de reparto como Glovo, Uber Eats, Stuart o Deliveroo.

El proyecto de ley para regular el sector anunciado por el Ministerio de Trabajo y apoyado por la agrupación RidersXDerechos - la única asociación con la que se ha reunido el Ministerio de Trabajo, que ha rechazado la interlocución a otras asociaciones de repartidores- no ha sido bien acogido por el resto del gremio, que dice, querer seguir siendo autónomo y no verse representado por esta esta asociación. ¿El motivo?

Con la regularización del sector, los ingresos de muchos de los riders se verían gravemente afectados al pasar de ser trabajadores autónomos a empleados por cuenta ajena, tal y como reivindica el movimiento Repartidores Unidos. Es decir, manteniendo el modelo actual, los autónomos obtienen unos ingresos en función del tiempo que dediquen al reparto, las plataformas con las que trabajen y la efectividad de su trabajo. ”Yo no quiero trabajar para una empresa, quiero seguir siendo autónomo y organizar mi tiempo de trabajo. No quiero matarme y echar horas y horas para sacar 900 euros al mes. No me compensa ese modelo”, asegura a El Plural, Miguel, que no desea facilitar su identidad completa— repartidor de Uber Eats.

A las exigencias de Repartidores Unidos se suman también otras voces como las de la Asociación Profesional de Riders Autónomos (APRA); la Asociación Autónoma de Riders (AAR) y la Asociación Española de Riders Mensajeros (Asoriders), que solicitan que la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, cuente también con ellos para llevar a cabo cualquier cambio legislativo que les afecte. Muchos de ellos han salido a las calles españoles en los últimos días.

”Una parte de los riders quieren tener su sueldo fijo a final de mes y un horario estipulado. Pero hay otra parte importante que no quiere. Coincidimos a diario en las calles con repartidores de Just Eat, Telepizza o Burger King y sabemos lo que ganan. Hay riders que, como autónomos, están ganando el doble o el triple a final de mes, una vez ya pagados los impuestos, porque están trabajando en el día a día con dos, tres o cuatro plataformas a la vez y no quieren renunciar a todo ese dinero a cambio de ser asalariado. Si tienes un contrato de asalariado tienes un horario que cumplir, no podrás rechazar pedidos y, por tanto, será inviable trabajar para más de una plataforma”, explica a este periódico el repartidor de Uber Eats.

Los riders B, otra fuente de división

Por otro lado, en un punto intermedio de la disputa, se encuentran las compañías de servicio de comida a domicilio, que han decidido endurecer las medidas de control sobre sus repartidores con el objetivo de tratar de frenar el fraude, algo que también trata de hacerse a través del proyecto de ley del Ministerio de Trabajo. Uber Eats ha empezado a solicitar a todos los riders que estaban dados de alta en las flotas -una especie de contratas externas- que suban a sus perfiles el Informe de Trabajadores de Alta (IAT) o el documento que acredita que están dados de alta como autónomos -hasta ahora no se requería si estaban dentro de una flota-, de tal forma que, si no completan el formulario antes del próximo día 5 de julio, no podrán seguir trabajando para la compañía.

Con esta medida, la empresa trata de frenar un sistema que estaba creado inicialmente para facilitar la apertura de miniempresas de reparto con trabajadores asalariados, pero que se ha convertido en una importante fuente de fraude, ya que muchas de las personas que dirigen esas flotas no estaban dando de alta en la Seguridad Social a sus trabajadores, lo que disparaba el beneficio de las dos partes. El empresario se ahorraba las cotizaciones y el rider perdía un porcentaje de facturación -entre el 20 y el 30 por ciento, que se quedaba la flota- pero podía trabajar. El kit de la cuestión es que muchos de ellos son inmigrantes que se encuentran en situación de irregularidad y por ende, no disponen de permiso de trabajo. A través de este modelo encontraban de este una fuentes de ingresos rápida y ‘fiable’.

Sin embargo, con el endurecimiento de las condiciones de contratación, las plataformas pretenden asegurar que todos los riders estén dados de alta en la Seguridad Social, cumpliendo con la legalidad vigente. Una medida que ha sido celebrada por muchos empleados y acogida con angustia por otros tantos que se encuentran en la mencionada situación de irregularidad.

Pero este no el único método de fraude que existe en el mundo rider. Un alto porcentaje de los repartidores que están a diario en las calles no son los titulares de las cuentas que trabajan. Es decir, muchos inmigrantes irregulares alquilan cuentas a los dueños de las mismas autónomos que han dejado de trabajar como repartidores o que tienen cuentas en varias compañías a la vez- y a cambio pagan al dueño de la cuenta entre el 20 y el 30 por ciento de lo que facturan, un sistema de funcionamiento similar al que se usa en las flotas y que supone una violación de la legislación.

Desde Riders X Derechos, denuncian esta situación que consideran es “la lacra de los falsos autónomos”. “Se traduce, por un lado, en abuso y falta de derechos laborales para los trabajadores y trabajadoras, y, por otro, en un fraude masivo a la seguridad social, ya que los operadores digitales que realizan estas prácticas eluden sus obligaciones con las cotizaciones sociales de quienes deberían reconocer como empleados y, por extensión, con esa hucha común que garantiza la protección social colectiva que es la seguridad social.”

Es decir, se trata de una puerta de acceso al fraude de ley contra la que las empresas también han empezado a tomar medidas. “Hazte una foto para confirmar que se trata de tu cuenta”, solicita Uber Eats de forma aleatoria a los miembros de su flota: “Te pediremos con regularidad que verifiques tu identidad para que puedas seguir usando la app. De este modo Uber es más seguro para todos”.

Captura Uber eats

”El tema del alquiler de cuentas es una realidad. Hay muchísimos personas que acaban de llegar al país y no tienen permiso de trabajo, y esto les permite ganar dinero de forma casi inmediata -estas plataformas suelen pagar de forma semanal o quincenal a sus riders-. Por ejemplo, Uber está solicitando al inicio de la primera sesión de cada día que te identifiques con una foto tomada en el momento. Pero solo lo hace la primera vez por lo que el dueño de la cuenta solo tiene que iniciar sesión, tirarse la foto, cerrar sesión y avisar a la persona a la que ha alquilado esa cuenta que ya puede usarla sin problemas”, matiza Miguel. “La única forma de solucionar el problema es que se pida verificación por foto cada vez que se inicie sesión y, lo más importante, que los restaurantes se nieguen a entregar el producto a repetir al rider si quien va a recogerlo no es el que aparece en la fotografía del perfil de la cuenta. Sin la implicación de los restaurantes no hay solución real y se seguirán alquilando cuentas de Uber Eats, Glovo o Deliveroo y por lo tanto, seguirá habiendo fraude”, concluye este rider.