La situación es tan grave que cada día se suceden acontecimientos nunca vistos. Los cinco primeros meses de Rajoy en La Moncloa se cerraron con el record histórico de la prima de riesgo cercan a los 550 puntos básicos y el hundimiento y nacionalización de Bankia, la cuarta entidad financiera de España. Pero además la Comisión Europea tumbó el Plan Nacional de Reformas presentado por el Gobierno del PP con un durísimo suspenso por no concretar reformas, tomar medidas contrarias al sentido común (como subir el IRPF), e ir demasiado despacio. Y aún más, el preSidente del Banco Central Europeo en una comparecencia pública ante el Parlamento Europeo, vapuleó al Gobierno español con un rapapolvo como nunca antes se había dado a un gobierno europeo y afirmó sin ambages que la gestión de la crisis de Bankia "no se ha podido hacer peor". Con todo esto encima de la mesa, Alemania considera que España debe pedir oficialmente el rescate a la Unión Europea y al Fondo Monetario Internacional, lo que nos metería en el club de Grecia, Irlanda y Portugal. El Gobierno, como es lógico, se resiste y pide rescate solo para los bancos, no para todo el país. Lo segundo supondría que Rajoy y sus ministros dejarían de mandar y nos gobernarían desde fuera.

"Son demasiado orgullosos, es su arrogancia fatal"
Fue inusual y extraordinaria la reunión celebrada ayer (por videoconferencia) del G-7, fue inusual que su convocatoria -que era secreta- se filtrara a los medios de comunicación, y es sorprendente que hoy toda la prensa mundial publique el resultado de dicha reunión.

El G-7, con Estados Unidos a la cabeza, presionó  al Gobierno alemán para que se tape con urgencia el agujero de los bancos españoles. Mientras ayer se difundía en la prensa española que Merkel estaba dispuesta a estudiar esa vía, la realidad era bien distinta. Alemania mantiene un no rotundo a rescatar sÓlo los bancos españoles y sostiene que es el Gobierno quien tiene que solicitar el rescate del Estado Español.

Un alto funcionario que asistió a la reunión declaró a la agencia Reuters que la solución para España es pedir el rescate, pero que "no quieren, son demasiado orgullosos. Es su arrogancia fatal". Reuters consiguió también unas declaraciones del ministro de Finanzas japonés, quien confirmó que la reunión extraordinaria del G-7  había estudiado de "forma conjunta" los problemas de España y Grecia. Es decir, para el G-7 ya estamos en el mismo saco que los griegos.