De nuevo TVE mostró ayer falta de reflejos periodísticos. El ataque terrorista al semanario Charlie Hebdo mostró el poco músculo de la radiotelevisión pública. En el canal 24 horas se tardó en comenzar a dar información en directo y el despliegue de entrevistas y conexiones fue mínimo. La estructura del programa 'La noche en 24' no se modificó..., ni tampoco su cuadro de tertulianos para adaptarlo a los acontecimientos del día.

El programa Debate siguió de 'vacaciones navideñas'
La falta de reflejos en la dirección de la televisión pública llevó incluso a que se mantuviera 'de vacaciones navideñas' el programa Debate, de Julio Somoano, que no se emitió. Pero tampoco a nadie se le ocurrió montar un programa informativo alternativo.

Y en los telediarios la cosa no fue mejor. Rutina. En la redacción, nos dicen, algunos periodistas se preguntaron por qué, por ejemplo, no se habían recordado con un vídeo específico los atentados yihadistas en Madrid el 11M...

Lo que no queda claro es si la explicación a todo esto está en la incapacidad de esa dirección, o si hay que añadir motivos ideológicos tras algunas de estas 'decisiones'.

Mahoma desbordado por los integristas... 'Es duro ser amado por idiotas'. Portada de Charlie Hebdo



Charlie Hebdo, "refugio de rufianes"
Sea cual fuera la razón, este jueves circulaba por Twitter recuperada una columna que publicó el 24 de septiembre de 2012 quien ahora dirige esos servicios de Informativos, José Antonio Gundín, entonces jefe de opinión del diario La Razón. Una columna escrita a raíz de la crisis que provocó la publicación de unas caricaturas de Mahoma en Charlie Hebdo, tras el ataque de integristas a embajadas occidentales en diversos países musulmanes.

En su columna de José Antonio Gundín (se puede leer íntegramente pinchando aquí) comenzaba proclamando que "La libertad de expresión es sagrada, pero no ampara el insulto ni encubre la falta de talento. Tampoco es patente de corso ni refugio de rufianes".

"Indigestas caricaturas de Mahoma de quien pretende tocar las pelotas"
En ese mismo tono, en su escrito, el entonces jefe de opinión de La Razón, venía a negar a continuación la crítica a la intolerancia que los dibujos pretendían aportar escribiendo que "si por algo resultan indigestas las caricaturas francesas de Mahoma es porque carecen de calidad artística y de peso intelectual. Son el producto mediocre y vulgar de quien pretende tocar las pelotas o mear el territorio".

En su columna, Gundín iba más lejos, y aseguraba que "el enemigo de la libertad de expresión no es sólo el que la ataca con teas ardientes, como los fanáticos musulmanes, sino el que toma su nombre en vano".

Con la religión, pocas bromas
Igualados yihadistas y dibujantes de Charlie Hebdo (que nunca hicieron humor del Islam que no se permitieran también con otras religiones), Gundín pasaba a hacer una crítica a la situación de persecución fanática que se vive en los países musulmanes radicales, para a continuación defender que "la manera de combatir esta teocracia infame no es precisamente con viñetas o películas de serie B, que hieren la fe de unos creyentes y causan vergüenza ajena a todos los demás". Y comparaba estas viñetas con las que publicó en julio de 2007 la revista El Jueves (a la que tampoco cita por su nombre, como no hace con Charlie Hebdo en todo su artículo, probablemente porque consideraba que así les daba publicidad) de los entonces príncipes de Asturias teniendo relaciones sexuales.

Y concluía su columna Gundín desvelando su pensamiento profundo, la religión es sagrada, y no admite bromas: "mientras los países islámicos no traten a los musulmanes como Occidente trata a los hijos de Alá, nuestra superioridad moral será incuestionable. Eso sí, se agradecería vivamente la abstención de los laicistas graciosos que confunden la aconfesionalidad de las leyes con el desprecio a la religión. Una caricatura burda o una película insultante no aportan más de lo que aportaría un bidón de gasolina en un incendio".