Cojamos el toro por los cuernos, seamos valientes y admitamos que algo muy grave debe estar sucediendo en nuestra sociedad cuando muchos ciudadanos se han alegrado del grave accidente de tráfico sufrido por la Delegada de Gobierno de Madrid. Igualmente, llama la atención que algunos medios de comunicación se hayan limitado a ofrecer la noticia sin pronunciarse sobre la actuación de los médicos y sanitarios que, en la puerta del hospital “La Paz” (donde está ingresada la señora Cifuentes y aprovechando la manifestación que cada jueves se celebra contra la privatización de la sanidad madrileña) pidieron que se trasladara a la paciente a un centro privado.

Me consta que ni los trabajadores sanitarios ni la sociedad civil española es especialmente cruel, por ello, habría que entender que la falta de compasión mostrada ante Cristina Cifuentes sea una pulsión reactiva al resentimiento avivado por la corrupción, la ambición, la mala gestión y la falta de sensibilidad social que caracteriza a la clase política.

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