Los fines de semana ofrecen cosas curiosas en lo que a tratamiento informativo de la realidad se refiere. Normalmente, la histeria a la hora de hablar de política tiene que ver con los sondeos que publican unos y otros medios y, sobre todo, con la cocina que utilizan para acercar los resultados demoscópicos a sus necesidades.

Este se caracteriza, ante la ausencia de sondeos, por el diferente trato que los dos principales diarios conservadores otorgan a la alianza IU-Podemos. Mientras el sábado Francisco Marhuenda le dedicaba ciertos elogios a los que añade una entrevista a Pablo Iglesias, este domingo, en 'ABC', el columnista Antonio Burgos se 'tira al monte' al describir el pacto.

En un artículo titulado 'Unidos Podemos...', menosprecia la alianza entre las formaciones empezando por el propio nombre puesto tras “el Pacto del Botellín (para la gentuza del botellón)”.

Califica la denominación de “machista, que incumple la ley dictatorial que la progresía misma ha impuesto como civil dogma de fe”, afirmación curiosa viniendo de alguien al que no es raro que se le acuse como tal por comentarios a todas luces denigrantes para la mujer. Pero él, en su estilo.

El "pestazo" de Anguita

Y claro llega el turno para Julio Anguita del que dice “¡Qué pestazo daba!”. Antonio Burgos es de calentura literaria fácil de ahí que, a medida que deja brotar su prosa, vaya acelerando en sus comparaciones, las mismas a las que tiene acostumbrados a sus acólitos. A partir de ellas alcanza conclusiones inverosímiles pero que despiertan el aplauso facilón: “Verán ustedes por qué han puesto ese nombre y han dejado fuera lo de 'izquierda'. Van más allá de la izquierda clásica: van a directamente la reconstrucción del Muro de Berlín, no con fondos de la Unión Europea, sino de Venezuela”.

De Venezuela a Cuba y tiro porque me toca hasta llegar a la “España Bolivariana”... Pero ¿cómo llega a esta conclusión tan psicotrópica? A lo mejor la explicación se encuentra en el párrafo que dedica, tras un intento de crítica al PP y a Rajoy, al programa de Unidos Podemos. Asegura que “cabe en un librito de papel de fumar. De fumar porros, naturalmente”, con lo que, una vez más, pone de manifiesto que es de los que tira el córner y lo remata (o lo intenta).

Ataque de españolismo

Sigue con el juego de palabras para llamar la atención con un gracejo que, de nuevo, aplauden esos seguidores acérrimos y lo dirige a los peligros que derivarán de un Gobierno de Unidos Podemos. Dice que “van a cargarse la Unidad -lo pone así, con mayúsculas que para eso es de los de la 'caverna' más rancia- de España, la Monarquía, la propiedad privada, la Religión y todo lo que suene a España, hasta que seamos Corea del Norte con paella y sangría”.

A continuación pone nombre y apellidos al desastre: Kichi, Carmena o Colau. Estos gobiernan por culpa de... efectivamente el Partido Socialista. No desaprovecha la ocasión.

La conclusión es sublime: “Y entonces es cuando nos vamos a enterar de lo que, unidos, pueden hacer con España estos marxistas-leninistas diseñados por La Sexta”.