Catástrofe absoluta. Aprobar y poner en marcha por primera vez en la historia el artículo 155 de la Constitución para disolver el Parlament de Cataluña, cesar a todo el gobierno autonómico elegido democráticamente y convocar unas elecciones para que los independentistas vuelvan a tener mayoría absoluta, Ciudadanos gane las elecciones -aunque su victoria no sirva para gobernar- y para que su partido, el PP, acabe el último y sin grupo parlamentario. Mariano Rajoy terminará la Legislatura de la peor manera posible. Y el ridículo ante la Unión Europea y ante el mundo es absoluto.

Pero lo grave no es lo que le ocurra al partido Popular o a Rajoy, lo grave es el inmenso lío en el que se va a meter todo el Estado español. Si de nuevo los independentistas optan por una Declaración Unilateral de Independencia ¿Qué va a hacer el Gobierno de Rajoy? ¿Prolongar indefinidamente el 155? ¿meterá en la cárcel a un presidente de la Generalitat?

No es un fracaso del Estado, es del Gobierno

Desde la sede del PP, Cristina Pardo explicaba en el especial elecciones de Al Rojo Vivo de La Sexta, que los populares valoraban el resultado como "un fracaso del Estado". Es falso. El Estado somos todos los españoles y todas nuestras instituciones. El Gobierno son unos pocos y es de un partido. El fracaso rotundo y absoluto es de los inquilinos del Palacio de la Moncloa. Y debería haber consecuencias.

El tsunami de lo ocurrido en la noche electoral va a ser enorme. La fuga de empresas de Cataluña se agudizará, esta Comunidad Autónoma correrá el riesgo de entrar en recesión e impactará en el conjunto de España. Por eso que el PP haya pasado en Cataluña del 8,44% de los votos y 8 escaños al 4,23% de votos y 3 escaños es lo de menos. Y encomendarse a que Junqueras y Puigdemont no se pongan de acuerdo porque no se soportan no es serio.