Un estudio liderado por el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), centro impulsado por la Fundación “la Caixa”, publicado en The Lancet, revela que en las ciudades, más del 4% de las muertes durante el verano se producen por culpa de las islas de calor urbanas. En manos de las administraciones está el de evitarlas si logran alcanzar una cobertura arbórea del 30%, según el mismo informe.

¿Qué es una isla de calor urbana? Es aquella zona que, en las ciudades, sufren temperaturas más altas que las zonas que la circundan, debido a la actividad humana. Sus causas son, fundamentalmente, la menor vegetación, la mayor densidad de población y las superficies impermeables de edificios y calles, incluido el asfalto. Todo junto absorbe más calor del normal y lo va liberando lentamente, generando así estas islas de calor. Por supuesto, todo agravado por la contaminación generada por el tráfico.

El estudio, que se ha realizado con datos de 93 ciudades europeas, indica que la mortalidad prematura, las enfermedades cardiorrespiratorias y los ingresos hospitalarios tienen, entre otras causas, la exposición al calor. En un escenario de calentamiento global y crecimiento urbano, el futuro no parece ser muy halagüeño, pero la situación podría mejorar si las decisiones de las administraciones fueran en la dirección correcta. Si no fuera así, y nos basamos en los datos actuales, afirma Tamara Iungman, investigadora de ISGlobal y primera autora del estudio que “las predicciones basadas en las emisiones actuales revelan que las enfermedades y muertes relacionadas con el calor se convertirán en una carga mayor para nuestros servicios de salud en las próximas décadas”. Mark Nieuwenhuijsen, director de la Iniciativa de Planificación Urbana, Medio Ambiente y Salud de ISGlobal, a su vez, afirma que el objetivo del estudio no es otro que el de “informar a los y las responsables de las administraciones locales de las ventajas de integrar zonas verdes en todos los barrios para promover entornos urbanos más sostenibles, resilientes y saludables”.

El estudio ha analitzado más de noventa ciudades europeas © Shutterstock   ER 09.

Es muy significativo el hecho de que la temperatura de las ciudades es, en promedio, 1,5 grados más calientes que las áreas que las circundan. Esto se traduce en un número de muertes provocadas por el calor que asciende al 4,3%. Lo que se desprende del estudio es que un tercio de esas muertes podrían haberse evitado con una correcta planificación urbana que incluyera un 30% de cubierta arbórea, como decíamos más arriba. El sur y este de Europa son las zonas donde el problema se agudiza, por lo que sus ciudades serían las que más se beneficiarían de un aumento de la cubierta arbórea.

Para concluir con una luz de esperanza, el informe destaca los grandes beneficios de plantar más árboles en las ciudades, y que hacerlo debe combinarse con otras intervenciones como tejados verdes u otras alternativas para reducir la temperatura. En nuestras manos está.