Según un estudio del Instituto Global de Barcelona (ISGlobal), centro impulsado por la Fundación “la Caixa”, la exposición materna a entornos naturales favorece un crecimiento fetal saludable. El análisis se hizo en Países Bajos, Reino Unido, Dinamarca, Francia, España, Lituania, Noruega, Italia y Grecia, y fue publicado por la revista Enviroment International. Forma parte del proyecto LifeCycle, y se basó en una muestra de casi 70 mil recién nacidos.

Los resultados indican que la proximidad de espacios verdes al domicilio materno acarrea menores probabilidades de tener un bebé cuyo peso sea inferior o igual al percentil 10, lo que se considera un bebé pequeño para la edad gestacional (PEG). No es que solo se favorezca un crecimiento normal, sino que la probabilidad de que el peso supere la media crece de manera significativa. Por el contrario, a mayor distancia de espacios verdes residenciales, menor peso y mayores probabilidades de PEG. De hecho, del estudio se desprende que en los casos de PEG, la accesibilidad de la madre a espacios verdes o azules es casi nula. Para completar el estudio, se evaluó la influencia del nivel socioeconómico y de la región europea en la que viven las madres, y el resultado indica que la asociación espacio verde - peso del bebé se fortalece en niveles educativos más bajos, procedentes de zonas más desfavorecidas y residentes en el norte de Europa.

La proximidad a espacios verdes en torno al domicilio se asocia con un mayor peso al nacer. © Shutterstock – jamesteohart

Según María Torres, primera autora del estudio, los bebés con bajo peso al nacer o pequeños para la edad gestacional “podrían tener un mayor riesgo de problemas de crecimiento, menor cociente intelectual y muerte prematura en la infancia, así como obesidad, enfermedades cardiovasculares y diabetes en la edad adulta”. De ahí la importancia de que las administraciones adapten los centros urbanos a estas necesidades, fomentando entornos naturales. Payam Davdand, investigador de ISGlobal y autor sénior del estudio, a su vez, indica que “la capitalización de los datos de 11 cohortes de nacimiento de toda Europa nos permitió evaluar, por primera vez, esta asociación en diferentes países y arrojar luz sobre el papel de la región en esta cuestión”.