Los telómeros, un marcador de edad biológica, tienen un papel fundamental en la protección contra el Alzheimer, según dos estudios liderados por el centro de investigación de la Fundación Pasqual Maragall, el Barcelonaβeta Brain Research Center (BBRC) y el Estudio ALFA, impulsado por la Fundación “la Caixa”.

¿Pero qué son los telómeros? Los telómeros son considerados un marcador de la edad biológica y su función es la de proteger el material genético. Se sitúan en los extremos de los cromosomas y se acortan cada vez que una célula se divide. De ahí que su longitud sirva como un marcador del envejecimiento biológico y, por ello, variantes genéticas que se asocian a una mayor longitud pueden estar relacionadas con un menor riesgo de desarrollar Alzheimer. Cuando se presentan esas variantes genéticas, se suelen observar niveles más bajos en biomarcadores relacionados con el Alzheimer, como proteína p-tau y un mayor grosor cortical en personas cognitivamente sanas.

Natàlia Vilor Tejedor, co investigadora senior del estudio y líder del equipo de Neurobiogenética del BBRC

Para que quede más claro, Blanca Rodríguez-Fernández, investigadora del BBRC y primera autora de ambos estudios, explica que los telómeros son secuencias repetitivas de ADN localizadas en los extremos de los cromosomas y “su función principal es protegerlos, para evitar que se desgasten o se deterioren”. “Con el tiempo, y cada vez que una célula se divide, los telómeros se van acortando. Por este motivo, su longitud se considera un indicador de la edad biológica”, añade.

Decíamos que se trataba de dos estudios. El primero de ellos, publicado en el Computational and Structural Biotechnology Journal, dice que las variantes genéticas que se asocian con telómeros más largos podrían ejercer un efecto protector sobre el riesgo de desarrollar Alzheimer. Pero no solo, también se asociarían de forma significativa con una mayor esperanza de vida. El segundo de ellos, publicado en Alzheimer's Research & Therapy, ha analizado esta posible relación a través de otros marcadores.

Es fundamental la continuidad de estos estudios para llegar a entender el porqué de estas relaciones para así poder avanzar aún más en el desarrollo de un tratamiento eficiente que prevenga el Alzheimer. La Dra. Marta Crous-Bou apunta que estos descubrimientos deben replicarse en grupos más amplios, “incluyendo participantes en diferentes etapas del desarrollo de la enfermedad, así como realizar un seguimiento a los participantes del estudio ALFA y análisis observacionales adicionales para comprender mejor los resultados obtenidos y mecanismos biológicos subyacentes”