Un estudio realizado por el centro del Barcelonaβeta Brain Research Center (BBRC), de la Fundación Pasqual Maragall, en colaboración con el Estudio ALFA (impulsado por la Fundación “la Caixa”), demuestra que el confinamiento favoreció el desarrollo de marcadores de riesgo del Alzheimer.

La investigación, que fue publicada por Neurology®, la revista médica de la Academia Americana de Neurología, ha estudiado la relación de biomarcadores del Alzheimer con los factores sociodemográficos, así como los resultados del cuestionario de la escala de ansiedad y depresión hospitalaria HADS (Hospital Anxiety and Depression Scale). Se compararon el período anterior al confinamiento y el de durante el confinamiento. En el primero de ellos la mayoría de los participantes del estudio tenían niveles estándar de ansiedad y depresión y, en cambio, durante el confinamiento el 16,6% de los participantes sufrieron un incremento de ansiedad, mientras que un 9,9% declararon síntomas depresivos. Ambos síntomas favorecen del desarrollo del Alzheimer.

Asociación entre la pandemia y el Alzheimer

Todo lo anterior permite establecer las bases de una posible asociación entre la pandemia y el Alzheimer. Esta asociación es importante porque puede implicar un peor pronóstico clínico en personas con riesgo de Alzheimer después de la pandemia. Esta enfermedad puede acelerar su progresión en la etapa preclínica, si se produce un aumento de los síntomas de ansiedad y depresión, algo que se ha incrementado a escala global durante la pandemia de Covid-19. Müge Akinci, investigadora del BBRC y autora principal del estudio, señala que, en este contexto “era relevante investigar la posible asociación entre la sintomatología de ansiedad y depresión durante el confinamiento derivado de la Covid-19, y los biomarcadores de la enfermedad de Alzheimer”.

El estudio también pone en valor las diferencias entre hombres y mujeres en lo que se refiere a las horas de sueño durante el confinamiento y al consumo de alimentos. La consecuencia fue que mujeres obtuvieran una puntuación más alta que los hombres para síntomas tanto de ansiedad como de depresión.

Los resultados del estudio favorecen futuras investigaciones sobre las consecuencias de la pandemia en la salud mental y en el pronóstico clínico de las personas que se encuentran en la etapa preclínica de esta enfermedad.