Utilizar el dolor de las familias para hacer política no solo es inmoral: debiera ser delito. Como lo debiera ser tratar de engañar a todo el mundo todo el tiempo. Y sin embargo, eso es exactamente lo que está ocurriendo en Madrid. Mientras el Gobierno del Partido Popular de Ayuso vende eslóganes sobre libertad educativa, sus socios —y en demasiadas ocasiones, sus cómplices— siembran el miedo entre las familias con hijos con necesidades educativas especiales (ACNEE), lanzando mentiras sobre una supuesta desaparición de la educación especial que ni existe ni está prevista.

Vox no mencionó una sola vez a los ACNEE en su programa electoral de 2019 ni en su enmienda a la totalidad contra la LOMLOE. Solo cuando el PP y Ciudadanos empezaron a agitar el espantajo, Vox se subió al carro. Desde entonces han repetido que la ley pretende cerrar los centros de educación especial. Es falso. La LOMLOE promueve la inclusión progresiva y con recursos, no la eliminación de ningún modelo. Pero claro, es más fácil agitar el miedo que garantizar apoyos reales.

La educación inclusiva no es un capricho ideológico: es un derecho reconocido por la ONU, por la Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad y por la Constitución Española. Significa adaptar el sistema a cada niño, no al revés. Significa inversión, formación y compromiso. Y eso es precisamente lo que falta en Madrid.

Aquí, la Ley Maestra no garantiza libertad: garantiza desigualdad. La red pública está infrafinanciada, las ratios son inasumibles y los recursos de apoyo brillan por su ausencia. En vez de reforzar lo que ya existe, la Comunidad alimenta un sistema dual que margina a los más vulnerables. Y mientras tanto, Vox manipula y el PP calla. O peor: legisla para que nada cambie.

La realidad es tozuda: los equipos de orientación están desbordados, las plazas de PT y AL no cubren la demanda, y las familias se sienten solas. Muchas veces, lo único que reciben son promesas vacías o discursos culpabilizadores. Y todo esto, mientras se agita la idea de que los centros de educación especial están en peligro. No lo están. Lo que está en peligro es la coherencia política y el respeto institucional.

Frente al ruido, ofrecemos hechos. Frente a los bulos, datos. Y frente al miedo, derechos

No se trata de enfrentar centros especiales contra centros ordinarios. Se trata de garantizar que todos tengan recursos. De que las familias puedan elegir sin miedo, con certezas y con garantías. De que cada niño y niña tenga lo que necesita para aprender, crecer y convivir. Y eso solo se consigue con voluntad política real.

Desde el grupo socialista en la Asamblea de Madrid proponemos medidas claras:

  • Incremento inmediato de orientadores, profesores de pedagogía terapéutica y auxiliares de lenguaje (PT/AL), fisioterapeutas, técnicos especialistas y enfermeras en los centros públicos, garantizando tiempos reales de atención y seguimiento individualizado.
  • Reducción de ratios para permitir una inclusión efectiva, con especial atención a las aulas con ACNEE.
  • Plan de formación en inclusión y diversidad para todo el profesorado, con reconocimiento profesional y dotación horaria específica.
  • Refuerzo de la coordinación entre centros ordinarios y centros de educación especial, para que exista una verdadera red de apoyo mutuo, y no un sistema estanco.
  • Evaluación independiente y participada de la Ley Maestra y sus consecuencias sobre el derecho a una educación equitativa en Madrid.
  • Reconocimiento efectivo a las familias como agentes educativos, garantizando su participación y derecho a decidir desde la información veraz, no desde la manipulación política.

Y fuera del Parlamento, seguiremos tejiendo alianzas con la comunidad educativa, con asociaciones de discapacidad, con quienes luchan cada día por una escuela que no excluya. Frente al ruido, ofrecemos hechos. Frente a los bulos, datos. Y frente al miedo, derechos. Madrid merece una política educativa que no utilice a los más vulnerables como escudo ni como excusa.

Porque en la vida, y más en educación, lo que importa no es llegar solo ni pronto, sino con todos y a tiempo.

Esteban Álvarez León, Portavoz de Educación, y Emilia Sánchez Prieto diputada del Grupo Parlamentario Socialista en la Asamblea de Madrid.

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