En Sevilla, muchos locales van descubriendo connotaciones desconocidas de su propia identidad. La celebración de los Grammy Latinos en la capital de Andalucía ha traído a artistas y a un ejército de más de 5 mil trabajadores de la industria musical que, como toda la vida, conectan al Guadalquivir con las américas. Esta semana Sevilla viste latinidad, pero la digerida y producida para el mercado global en Miami.

La Academia Americana del Arte de la Ciencia de la Grabación decidió hace un cuarto de siglo emancipar la música latina de sus galardones que llevaban entregando desde una década antes, creando los Latin Grammy. Han tenido que pasar muchos años para que la cita trascienda fronteras.

Con el viaje a Sevilla, es la primera vez que la fiesta se realiza fuera de EE.UU. “Desde hace tiempo la música latina es claramente un fenómeno global y desde la Academia se está comprometida en fomentar su globalización", explica el CEO de los premios, Manuel Abud.

La pléyade de artistas que llega a Sevilla es infinita y da idea del pulso latinoamericano que marca tendencia en la industria global. Lo que antes era un premio aparte o etiquetado como ‘músicas del mundo’ hoy es mainstream. Es posible que no te guste el machaconeo de las bases de música urbana o el autotune, pero nunca entendiste tan bien las letras de los números 1 mundiales.

Rosalía, Bad Bunny, Shakira, Alejandro Sanz, Karol G o Arde Bogotá son los reyes de la fiesta. Pero en este carnaval latino también estarán presentes David Guetta, Ozuna y Sebastián Yatra para una actuación especial; referentes del verso hispanohablante como Jorge Drexler, emergentes como Anitta, o voces que marcan el ascendente femenino: Mon Laferte, Natalia Lafourcade, son algunas de las principales novedades.

Ya estaban en la nómina de confirmados Pablo Alborán, Rauw Alejandro, María Becerra, Bizarrap, Camilo, Manuel Carrasco, y la carismática Laura Pausini, premiada como Persona del Año 2023 de La Academia Latina de la Grabación.

La Academia Latina de la Grabación anuncia para esta cita histórica modificaciones en los premios. El Álbum del año deberá tener más del 51 % de material recién grabado. Habrá también nuevas categorías, una de ellas referente al "arte de componer canciones". Concurren los compositores de, al menos,  seis temas recientes, aunque no sean intérpretes, productores o técnicos. También se especifica que la mejor canción de cantautor debe tener más de la mitad de la letra en español, portugués o dialecto regional, y estar dentro de un álbum, un espaldarazo al formato de Discos o LP en tiempos de singles.

Otra de las categorías creadas es exclusiva para la mejor interpretación urbana en portugués, para dar respuesta a “la enorme cantidad de música urbana que se está creando en Brasil y Portugal”. Con todo, hay 56 categorías. La expectación está en las clásicas: mejor canción del año, al mejor productor, compositor, canción pop o nuevo artista.

La llegada de los Grammy forma parte de un acuerdo de patrocinio de tres años con la Junta de Andalucía y la Academia ha confirmado que el año que viene no se celebrarán en Sevilla, pero se ha mostrado abierta a que se celebren en Málaga.

¿Por qué Sevilla?

El aterrizaje de los Grammy forma parte de un acuerdo de patrocinio de tres años con la Junta de Andalucía y la Academia. El anuncio se realizó en la pasada legislatura y bebe de una apuesta de la Junta por traer grandes eventos globales a Andalucía como anfitriona, lo que debe servir como escaparate mediático y turístico. Todo apunta a que Málaga será la próxima anfitriona.

Siendo Sevilla la anfitriona y coincidiendo la gala con la conmemoración del Día Internacional de Flamenco el16 de noviembre, el género tiene también un papel protagonista en los Grammy.

La fiesta gitana y latina tiene, al menos por ahora, un alto coste. Tras las lentejuelas del artisteo y los focos de los números escenarios que inundan la ciudad, hay una millonaria inversión que no escapa de cierto recelo social. La Junta de Andalucía invirtió más de 22 millones de euros provenientes del Fondo Europeo de Desarrollo Regional (Feder) para sufragar el 80% del convenio.

Dinero público que se adjudicó directamente a la empresa representante de los Grammy sin concurso público. No hay oportunidad de evaluar esta inversión con otras alternativas. Pero esto es una fiesta y la música suena en Sevilla esta semana. Desde el Ayuntamiento calculan más de 5.500 millones de impactos mundiales para la marca Sevilla. Desde la Junta cifran en 50 millones los beneficios que queden en la ciudad en la industria de anfitrioneo y festejo, sector que se consagra en Andalucía.

Viajes de ida y vuelta

Siendo el flamenco uno de los protagonistas de la semana latina en Sevilla, con el aterrizaje de la corte musical latinoamericana en Sevilla, no es mal momento para ensalzar la música de ida y vuelta, y de paso, la lengua castellana como vehículo para toda esta expresión artística.

La música urbana en español es protagonista global. La identidad que generó esa curiosa fusióno que hoy acogen los Latin Grammy y que tiene mucho que ver con Sevilla, está en su momento de oro. La música urbana latina copa entre una cuarta y una quinta parte de las listas de éxitos de las plataformas de música online.

Si durante décadas un artista en español, es decir, folk, se cruzaba en un escenario como U2 o Rolling Stones, es porque como mucho, era telonero. Hoy, Shakira, Bad Bunny o Rosalía tumban a cualquier gigante musical y son primeras espadas en la industria. Y de nuevo, te guste o no: da gracias al reguetón o al trap.

Las letras de Rosalía, que es catalana y no es flamenca de verdad, han hecho más por el habla castellana y por el flamenco en el mundo que muchos académicos de cada índole. Lo latino es una identidad que atrae a público anglosajón. Bad Bunny y Rosalía tienen imitadores y admiradores entre los artistas influyentes en inglés.

Esto, a fin de cuentas, supone una victoria moral ante el imperio cultural inglés que se rueda en Hollywood y se graba en Abbey Road. Sevilla vuelve a vestirse de capital global, aunque sea para una performance. Pero es en español y formamos parte de ella.