El Partido Popular se ha valido de su fuerza en el Ayuntamiento de Rionansa (Cantabria), junto a un concejal tránsfuga del Partido Regionalista de Cantabria (PRC), para vetar una iniciativa del Grupo Socialista para colocar una stolperstein o una placa en memoria de Donato de Cos Gutiérrez, quien fuera concejal republicano asesinado en el campo de concentración nazi de Gusen en agosto de 1941. El alcalde de la localidad cántabra expresó el rechazo de los conservadores, justificando que no se debe de honrar a una víctima de un bando sin hacer lo propio con las otras, vinculando la figura del homenajeado con la Guerra Civil española.
El Grupo Socialista en el Consistorio insistió en que el homenaje solicitado se refería a su asesinato en un campo de concentración nazi durante la Segunda Guerra Mundial, que fue un conflicto totalmente ajeno al interno. En todos los países de Europa se hace un recuerdo a las víctimas de los campos de exterminio nazis con un pequeño adoquín recubierto de una lámina de latón dorado que se inserta en el suelo con los datos del asesinado por los nazis. Conocidos como stolperstein, suelen colocarse en la acera, a la entrada del domicilio del homenajeado o donde desempeñó su trabajo.
La Asociación Asilo, Guerra y Exilio (AGE), que ha impulsado la iniciativa, califica de “lamentable” que el Partido Popular “no entienda que estamos hablando de derechos humanos” que en el resto del Continente “se respetan y se reconocen”. “Menos en Cantabria, al parecer”, lamentan desde la entidad, que recordaba que en un instituto francés se está enseñando la vida de Jesús de Cos como ejemplo para aleccionar sobre historia y lucha antifascista.
“Es una tristeza inmensa y una gran injusticia, sobre todo para quienes ya no se pueden defender, que no se reconozca el sacrificio que hicieron por conseguir bienestar y derechos para sus municipios, y fueron víctimas del crimen contra la humanidad de los nazis”, remarcan desde la AGE, al tiempo que optan por pensar que quienes votan contra iniciativas de este calado o las dan la espalda “no estén otorgando la verdad al nazismo”, dado que “sería terrible pensar y/o saber” que comparten sociedad con “representantes que participan de las doctrinas nazis”.
El legado de De Cos
Donato de Cos Gutiérrez fue concejal en el Ayuntamiento de Rionansa durante la Segunda República. Tras el fin de la Guerra Civil, fue capturado y deportado al campo de concentración nazi de Mauthausen. Posteriormente, fue trasladado a Gusen, donde falleció en 1941. Su caso refleja la trágica experiencia de muchos republicanos españoles que, tras la derrota en la guerra, fueron enviados a campos de concentración nazis.
La Delegación del Gobierno en Cantabria ha mostrado su apoyo a la iniciativa, al igual que el presidente de la Amical de Mauthausen, una organización dedicada a preservar la memoria de los deportados españoles en los campos nazis. Además, la AGE ha anunciado que continuará su esfuerzo para que Donato de Cos reciba el homenaje que consideran merecido.
El campo de Gusen
El campo de concentración de Gusen fue uno de los subcampos de Mauthausen, situado en Austria y operando desde abril de 1940. Gusen se convirtió en un centro de exterminio mediante el trabajo forzado, particularmente en las canteras de granito y en instalaciones subterráneas dedicadas a la producción de armas.
Decenas de miles de deportados de diversas nacionalidades, entre ellos numerosos republicanos españoles que habían huido a Francia tras la Guerra Civil, pasaron por Gusen. Los prisioneros sufrían condiciones inhumanas, con jornadas de trabajo agotadoras, desnutrición y enfermedades, lo que provocó una elevada tasa de mortalidad. El campo fue liberado el 5 de mayo de 1945, lo que permitió revelar al mundo las atrocidades cometidas en su interior.
Después de la guerra, el sitio de Gusen se transformó en un memorial para rendir homenaje a las víctimas. Este memorial se construyó entre 1961 y 1965 sobre los restos del crematorio del campo, gracias a la iniciativa de supervivientes de Italia, Francia y Bélgica.
Organizaciones como la Amical de Mauthausen, fundada en 1962 por exdeportados y sus familiares, desempeñan un papel fundamental en la preservación de la Memoria Histórica. La asociación trabaja para representar a los deportados españoles y educar sobre las lecciones del pasado, con el objetivo de combatir el racismo, la xenofobia y el antisemitismo.