La escena del asesinato de Arturo Torró Chisvert, exalcalde de Gandía entre el 2011 y el 2015, mostraba que su coche estaba intacto, que las cuatro ruedas se encontraban en un aparente buen estado y que no estaban deshinchadas. Este periódico ha tenido acceso a tres documentos gráficos que confirman que, pasados más de dos días del crimen, el Mercedes de Torró tiene las cuatro ruedas hinchadas y con aparente normalidad. Es por esto por lo que los investigadores ponen el foco en por qué paró su coche en el arcén de ese punto de la carretera donde no hay ni cámaras ni buena visibilidad si las ruedas permanecían aparentemente en buen estado. Hay que recordar que la última persona que habló con Torró afirma haber escuchado el pitido del chivato del coche en su última llamada, por lo que algo falló.

Además de corroborar que el coche se encontraba de la manera descrita, el teléfono móvil del exalcalde permanecía intacto y encendido en el interior del vehículo, así como el resto de pertenencias. El hecho de disponer de su teléfono es una vía relevante para arrojar luz al caso, ya que los investigadores rastrean los registros de llamadas, mensajes, documentos, conexiones con las antenas de telefonía, coincidencias con otros móviles y los posicionamientos que fue registrando la geolocalización, algo fundamental para reconstruir las últimas horas y movimientos del ex primer edil de la capital de la Safor.

Los agentes de la Policía Judicial de la Guardia Civil también encontraron en el lugar del crimen y alrededores el casquillo de la bala que mató al empresario, más pequeña que del calibre 22. Pero, además, también encuentran in situ un segundo casquillo, pero este sin percutir, por lo que contenía la bala en su interior y del que esperan obtener la información necesaria mediante huellas o restos para determinar cuál fue la pistola empleada para el crimen, si está en sus bases de datos registrada, si ha sido utilizada en sucesos previos y que esto acerque a determinar la identidad de su dueño.

Había recibido amenazas de muerte y un intento de asesinato en Tanzania

Los investigadores ya saben que Torró había recibido y denunciado amenazas de muerte durante el último año, la última denuncia de las tres interpuestas la presentó hace unos seis meses. Las amenazas de muerte constaban de llamadas y mensajes a través de números extranjeros. De hecho, varios testigos de los días y semana previa al asesinato afirman que les había sorprendido ver a Torró “más alterado de lo habitual, como más nervioso y levantando la voz mientras hablaba por teléfono”, ya que no era habitual para los testigos verlo de esta manera.

Y, no solo tienen constancia de esto, sino que los agentes de Homicidios también son sabedores de un intento de asesinato fallido que sufrió Torró en Tanzania durante su periplo por África. En aquella ocasión logró reponerse de las diversas puñaladas que le asestaron y de las que consiguió que no le costaran la vida a pesar de la gravedad del hecho, por lo que decidió regresar de tierras africanas y dejar constancia, varios meses después de su vuelta, en dependencias de la Policía Nacional de su temor porque le arrebataran la vida tanto por las amenazas a través de teléfonos extranjeros como por el intento de asesinato del que consiguió sobrevivir.

Ahora, con todo este entramado de indicios recogidos en el lugar del crimen, las amenazas y el último intento de acabar con su vida, los agentes especializados de Homicidios trabajan desde el momento del hallazgo del cadáver en tratar de esclarecer qué hay detrás de este crimen, a qué móvil obedece y quiénes lo han ejecutado.

Se antoja muy relevante reconstruir el itinerario que siguió Torró desde su salida del restaurante de la playa de Gandia alrededor de las 15:00 horas hasta su muerte a las 20:00 horas aproximadamente. A través de la mucha información de su teléfono móvil y de los datos extraídos de la centralita del vehículo confían en recomponer piezas y que den sentido a un crimen atroz. Sumando, pro supuesto, los análisis y las comprobaciones que extraigan los expertos del grupo de Homicidios de los dos casquillos y de la bala que encontraron cerca del cadáver del ex político y que confían en que pueda llevarles a avanzar en ciertas líneas de investigación o, incluso, en cerrar algunas otras por el tipo de arma empleada (cabe recordar que es un arma más pequeña que del calibre 22) y los restos que habitualmente quedan en el casquillo al ejecutar el disparo que desgraciadamente acabó con la vida de Torró.

Como no puede ser de otra manera y es habitual en la investigación y procedimiento de este tipo de sucesos, el entorno más cercano de Torró ha declarado en la comandancia de la Guardia Civil de Gandia con el fin de aportar la máxima información posible que permita a los agentes disponer de todo lo que esté a su alcance para lograr el fin que ellos mismos, la familia, los amigos y la ciudad de Gandia espera y desea: dar con la identidad, el paradero y la detención de los asesinos involucrados en este crimen.

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