Las entidades provida -en contra del aborto- han encontrado en la Comunidad de Madrid una región en la que echar raíces, amparadas por un colchón nada despreciable del gobierno de Isabel Díaz Ayuso.
No es ningún secreto a estas alturas que el equipo de la lideresa regional riega con dinero público a varios nombres que, a su vez, aparecen como colaboradoras del Refugio Provida, situado en frente de la clínica Dator, pionera en nuestro país en la interrupción voluntaria del embarazo.
Las mujeres que acuden allí a abortar se han encontrado históricamente con el hostigamiento de grupos ultracatólicos y ultraconservadores fuera del centro, más allá de que la información que reciben aquí es completamente sesgada y las carga de culpa por no renunciar a un derecho que tanto ha costado conquistar al feminismo.
La información que difunde el Refugio es “acientífico” y la coacción su modus operandi. Basta con echar un vistazo a los datos de los que bebe esta firma, que hace hincapié en la tasa de suicidio y defiende seguir adelante con el embarazo sea cual sea la causa del mismo, también en supuesto de violación o incesto.
El espacio asegura que las mujeres que se quitan la vida son “seis veces más que las mujeres embarazadas” y “diez veces más que las adolescentes”, y menciona otros problemas como “parada cardiaca, convulsiones, rotura uterina” e incluso la “muerte”. “Las mujeres que sufren un aborto tiene más posibilidades de padecer las siguientes complicaciones: embarazo ectópico, infertilidad, histerectomía (cirugía para extirpar el útero), mortinato (el bebé muere en el útero durante las últimas 20 semanas del embarazo), aborto espontáneo y nacimiento prematuro”.
El lugar incluye testimonios que justifican llevar a buen puerto el embarazo incluso en las situaciones más radicales. “Me violaron y me dejaron embarazada. Nadie me dijo que el aborto dolería más emocionalmente que la violación (…)”, es solo una de las frases que incluye el panfleto del Refugio, que también establece una cronología de la manera en que el feto crece en el vientre.
En la misma línea, vende el síndrome post-aborto, el mismo que el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, compró a Vox para situar en Cibeles una propuesta que carece de base científica y que los partidos y agrupaciones de extrema derecha o ultracatólicos defienden a ultranza para defender su postura. El Refugio lo dibuja como “el impacto emocional y psicológico que experimentan mujeres (e incluso hombres) tras un aborto”, y menciona supuestos síntomas. Todo ello ha desmentido en innumerables ocasiones profesionales sanitarios.
Ayuso, la mejor amiga del ‘lobby’ antiaborto
Entre las firmas que ofrecen servicio económicamente o de otra manera al Refugio Provida se encuentran la Fundación Madrina, a quien la región dota con ayudas y/o subvenciones de 51.000 euros, o la Asociación en Defensa de la Vida Humana Adevida, en su caso con 30.000 euros. A estos nombres se suman otros como Red Madre, otra recurrente en la financiación de la derecha o la Fundación Horizontes Abiertos, tampoco exenta de polémica.
La portavoz de Política Sociales del PSOE de Madrid (PSOE-M), Lorena Morales, condena en declaraciones a ElPlural.com que se trata de entidades “anti elección” que se dedican a “hostigar” a mujeres con un discurso “acientífico y de desinformación”; “el mismo que ha planteado Almeida”.
La diputada socialista pone en entredicho la gestión de la Comunidad de Madrid en materia de aborto por ir mucho más allá del discurso reaccionario de la máxima autoridad del territorio capital: “No disponen de los recursos necesarios para que no se produzca el embarazo no deseado y que no se tenga que producir la interrupción voluntaria: falta educación afectivo sexual, mezclan conceptos que nada tienen que ver, vetan preguntas en la Mesa (…) Es la única región que no financia con recursos propios métodos anticonceptivos ni la píldora postcoital”.
“A abortar a otro lado”
Ayuso ha entrado en el cuerpo a cuerpo directo con Sánchez por la interrupción voluntaria del embarazo, erigiéndose como máxima opositora a este derecho y al presidente del Gobierno, muy por delante de un Almeida que se retractó y de un Alberto Núñez Feijóo que quiere cerrar capítulo cuanto antes. “Váyanse a abortar a otro lado”, amenazaba la semana pasada la dirigente de Sol.
Su homólogo en la Moncloa, entre otros, no tardó en responder: “Esta era la libertad que prometía Ayuso. Volver a los viajes clandestinos a Londres. Al clasismo y al señalamiento. Volver 50 años atrás. No lo vamos a permitir. El Gobierno usará todos los instrumentos legales a su alcance para garantizar que los derechos y la dignidad de las mujeres se respetan, también en Madrid. Y, si hace falta, llegaremos hasta la Constitución y el Constitucional”.
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