La Comunidad de Madrid dispara a discreción desde la Puerta del Sol, pero rehúsa a dar la cara y responder una vez desplegada su cortina de humo en forma de acusaciones. Una práctica habitual de la mandataria autonómica, Isabel Díaz Ayuso, que ha seguido el mismo proceder para atacar a las 7.291 víctimas no derivadas a los hospitales desde de las residencias madrileñas. En su lugar, la administración manda a dar la cara a una figura del Partido Popular (PP), ni si quiera del Gobierno regional, para verter el argumentario ayusista.

El último elegido ha sido Alfonso Serrano, secretario general del PP de Madrid y la última opción después de cambiar de opinión hasta tres veces durante el proceso de selección. El senador fue el encargado de intentar limpiar el nombre de la presidenta y lo hizo atacando a la televisión pública, a la que no quiso acudir Ayuso pese a ser invitada, alegando falta de pluralidad por no querer emitir un vídeo preparado y sin preguntas enviado por la Comunidad de Madrid; y a los críticos con su gestión de la pandemia y los recursos sanitarios.

Yo y los madrileños estamos orgullosos de lo hecho por Ayuso”, aseveró Serrano, pese que Madrid fue la región con mayor exceso de mortalidad de toda Europa en 2020, tal y como constata el estudio anual del Comité Europeo de las Regiones, perteneciente a la Unión Europea (UE). Presentados datos que cuestionaban la gestión de la líder del PP, el senador empezó a atacar a aquellos que planteaban otros análisis. “TVE se pone al servicio de la izquierda” o “murieron ancianos en todas las residencias” fueron alguno de sus argumentos.

Sin embargo, lo sucedido en la Comunidad de Madrid, con sus “protocolos de la vergüenza”, no se vio en otro lado. La administración vendía a bombo y platillo una gestión maravillosa y rechazaba ayuda del Gobierno central, a la par que calificaba a Pedro Sánchez de dictador en plena crisis sanitaria y con cientos de personas muriendo diariamente. Bulos, populismo y apología del individualismo. Mientras, 7.291 ancianos morían por Covid-19 o por otra dolencia grave sin ser derivados a hospitales ni tratados médicamente.

Las residencias no se medicalizaron, pese a que así lo prometió Ayuso, y la diferencia entre recibir atención hospitalaria o no dependía de si el recurso en el que se encontraban los mayores era público o privado. En el Madrid de Ayuso no es difícil dilucidar cual de los dos grupos era el beneficiado. Si podías pagar la atención sanitaria, se te derivaba a tu hospital privado; par lo público, el protocolo establecía que “las personas con deterioro o problemas de movilidad quedan excluidas de derivación”, según el consejero de Políticas Sociales de la Comunidad en aquel momento, Alberto Reyero.

Ayuso, contra TVE: sucesión de los hechos

Este jueves, 13 de marzo, no se cumplía un aniversario cualquiera. Cinco años han transcurrido ya desde el primer día del confinamiento definido para frenar el avance de la Covid-19. Instituciones médicas, medios de comunicación y administraciones públicas conmemoraron el aniversario, recordando a las más de 150.000 víctimas, y aprovecharon que el tiempo ya nos separa en un lustro de los peores momentos para hacer balance y detectar errores de cara a futuro. Todos menos la Comunidad de Madrid, que ha decidido difundir bulos, desprestigiar a los familiares y atacar a TVE por exponer datos y hechos.

La televisión pública nacional desplegó hace menos de 24 horas una programación especial por el aniversario de la pandemia, a la que había invitado a participar a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. A continuación, se emitió un documental centrado en la muerte de las 7.291 personas que no fueron derivadas a hospitales y perecieron solas en las residencias madrileñas, tal y como establecían los protocolos de la Comunidad. La baronesa del Partido Popular (PP) también fue invitada a participar en el filme, pero, como en el caso de TVE, declinó la oferta.

Sin embargo, pese a no querer dar la cara y haber pasado cinco años sin atender a lo que sucedió con los mayores en las residencias públicas (los de las privadas si eran derivados a sus hospitales de pago), horas antes de comenzar la programación, Ayuso decidió emitir nuevas cifras falsarias (sin incluir los fallecidos por otras afecciones que tampoco fueron derivados), atacar a los familiares de las víctimas y exigir a la televisión pública, como si esta fuese Telemadrid o cualquier otra institución que domina con lo autoritario de la libertad, la emisión de un vídeo suyo. Enlatado, sin preguntas y preparado.

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