Este sábado, ElPlural.com publicaba cómo el jefe de gabinete de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Miguel Ángel Rodríguez, habría sido el precursor de una dinámica que posteriormente se convirtió en recurrente en el seno del PP de Madrid: la fabricación de currículums profesionales y académicos engordados o directamente falsos. En 1995, 'MAR' habría pedido a Graciano Palomo, entonces director de Relaciones Institucionales de la Universidad Europea, que le regalase un título para que dejasen de llamarle 'bachiller'. El propio Palomo ha contado estos hechos en uno de sus libros. Aquel hecho fue la primera piedra para todo lo que vino después, con casos como los que protagonizan este artículo: los de Cristina Cifuentes, Isabel Díaz Ayuso y Noelia Núñez, tres altas responsables del PP madrileño que han acumulado sendas polémicas por su relación con las instituciones universitarias.

De estos tres casos, el más antiguo es el de la actual lideresa madrileña. Díaz Ayuso impartió entre enero y junio de 2014 un Curso Superior de Estrategias de Comunicación para equipos políticos en el Centro Integral de Formación Permanente (CIFP), adscrito a la Universidad Rey Juan Carlos, y entre los alumnos se encontraban numerosos cargos del Partido Popular de Madrid que mejoraron su posición en el organigrama 'popular' cuando Ayuso accedió a la presidencia autonómica y engrosaron su currículum gracias a estos estudios exprés, que, además, no volvieron a impartirse ningún año más, según El País. El coste de matrícula era de 950 euros, y sirvió para engrosar los currículums de diferentes cargos del Partido Popular que más tarde acabarían en el equipo de la actual presidenta.

El programa contó con muchas conferencias de políticos y periodistas, y fue recibido por una treintena de alumnos en las aulas de la URJC de Manuel Becerra y publicitado con la heráldica de la institución. En la inauguración estuvieron Díaz Ayuso en calidad de coordinadora del curso; José María Álvarez como vicerrector de la universidad y director académico del programa; y Jorge Urosa, también vicerrector y director de títulos propios del centro académico. La encargada de clausurarlo fue Cristina Cifuentes, impartiendo también una conferencia en estos estudios. En el momento en el que ejerció como coordinadora del curso, Ayuso ya era diputada en la Asamblea de Madrid.

La URJC, por su parte, argumentó que no tuvieron la necesidad de firmar un convenio al ser un título articulado a través de un centro de la propia universidad, al que la propia institución denunció ante la Fiscalía tras irregularidades en el conocido como 'caso Máster' de Cifuentes, del que hablaremos a continuación.

Cifuentes: de su participación en el curso de Ayuso al 'caso Máster'

De Cristina Cifuentes pueden destacarse dos polémicas: la principal, su implicación en el archiconocido 'caso Máster', por el que consiguió su título de Máster en Derecho Autonómico por la URJC cometiendo diferentes delitos, como la modificación irregular de su expediente para aprobarle diferentes asignaturas a las que no se había presentado. Fue absuelta, pero el caso acabó con dos condenadas a prisión (Cecilia Rosado, vocal del tribunal de evaluación, y María Teresa Feito, asesora de Cifuentes y encargada de contactar con Rosado para la creación del documento falseado). Y en segundo lugar, la legitimidad que una persona con su trayectoria académica pudiera tener para impartir una charla en un Curso Superior de Estrategias de Comunicación. La correlación entre el alumnado de aquel curso, la coordinación de Ayuso en el mismo y ponencias como la de Cifuentes, sumado a que más tarde los estudiantes mejoraron su posición dentro del PP de Madrid, hace pensar que el objetivo de este curso no fue otro que engordar tramposamente las líneas académicas de los participantes.

Desde la Comunidad de Madrid, por su parte, defendieron que no influyó en absoluto la participación en el curso para los posteriores nombramientos, y que el precio de matrícula estaba justificado por el gasto en materiales, transporte y otros asuntos logísticos. "En este curso había gente de diferentes partidos, muchos como es normal, del PP. Algunos han seguido ascendiendo en distintas administraciones y otros no", señalaron sobre esta titulación, que no volvió a repetirse. En 2019, la página del curso ya estaba eliminada, y la URJC aseguraba que no encontraba el convenio que dijeron no era necesario firmar al corresponder a un centro adscrito. Cuatro de los exalumnos de aquel curso terminaron bajo el mando de Díaz Ayuso en la administración madrileña.

Noelia Núñez, 'pseudoprofesora' en una Universidad guatemalteca

El caso más reciente es el de Noelia Núñez, recientemente dimitida tras mentir en su currículum sobre su educación universitaria y actividad profesional. La fuenlabreña aseguraba haberse desempeñado como profesora de enseñanza superior en la Universidad Francisco Marroquín, un centro que otorga títulos en Madrid sin ninguna validez legal en España y solamente válidos en Guatemala. La institución privada obtuvo el permiso para operar en España bajo la premisa de que los títulos que impartiera no fuesen conducentes a homologación en nuestro país. Es decir, funciona más como una fachada que como una institución verdaderamente funcional. A su vez, la dirección de esta universidad desmintió a los medios de comunicación que Noelia Núñez hubiese trabajado como profesora en sus titulaciones.

 

En los últimos treinta años, ha habido en España una proliferación de la educación superior privada en los últimos treinta años. La última universidad pública se construye en Cartagena en 1998 y, desde entonces, se construyen hasta 46 universidades privadas, cuyo prestigio, legitimidad e incluso funcionamiento es, a veces, difícil de demostrar. Algunos políticos, de hecho, han intentado aprovecharse e intentar vender ciertos centros y titulaciones como si tuvieran un elevado prestigio del que en realidad no disponen. Fue, por ejemplo, el caso de Isabel Díaz Ayuso con el Instituto Séneca: la presidenta madrileña aseguraba en su currículum haber cursado un máster de Comunicación Política y Protocolo en este centro, pero en realidad se trataba de unos estudios diferentes. Del Instituto Séneca existen imágenes, además, que lo muestran como un lugar más bien austero, sin medios, que, para algunos, quedaría lejos de ser un instituto de educación superior al uso. Asimismo, el lugar comparte espacio en el edificio con otras oficinas y/o negocios, algo poco habitual en cualquier institución educativa de ciertos recursos y alcance.

 

 

Así las cosas, aquel primer movimiento de Miguel Ángel Rodríguez hace 30 años sirvió para sentar un precedente peligroso: falsificar estudios, obtener títulos de manera fraudulenta y crear chiringuitos académicos era mucho más sencillo de lo que parecía. En el seno del PP de Madrid, además, este proceso se institucionalizó por tres vías de diferente gravedad que se han visto a lo largo de este texto: en primer lugar, inflando currículums con estudios falsos. En segundo lugar, intentando comprar titulaciones, como en los casos de Cristina Cifuentes o Pablo Casado, y en tercer lugar, a vista de que lo anterior no era suficiente, generando chiringuitos académicos privados donde crear esas mismas titulaciones que se utilizarían, más adelante, para inflar los currículos. Paralelamente, valiéndose del poder y de la influencia de la vida política, se tejían redes de contactos que también alcanzaban a la prensa para que este entramado y su recurrente modus operandi no saltara a los medios.

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