El Hospital Universitario Gregorio Marañón ha renunciado a los tres proyectos vinculados a electromedicina por un valor superior a 27 millones de euros que notificó hace apenas cuatro meses. Tras las informaciones hechas públicas por ElPlural.com, el hospital público de la Comunidad de Madrid ha compartido la resolución de desestimiento de los contratos para el mantenimiento del equipamiento después de detectar "infracciones no subsanables" en la preparación de la licitación. Una situación que, además, ha llevado a la cúpula a destituir a su gerente, según fuentes cercanas al centro.

Contratos con precios inflados

El pasado mes de junio, el Gregorio Marañón publicó en su portal de contratación pública la convocatoria para el mantenimiento integral de su material de electromedicina de tres procedimientos distintos cuyo valor total estaba estimado en 27.301.820,06 euros. Una cantidad que se ha visto incrementada hasta en un 335% más en comparación con los procedimientos publicados por el mismo centro en el año 2015 en relación a unos contratos de las mismas características, tal y como denunció este periódico entonces.

Ahora, la clínica pública ha desistido de estos proyectos, dos de los cuales ya habían sido preadjudicados a Iberman S.A., que pertenece al Grupo Empresarial Electromédico (GEE). Este es el contratista por excelencia de los servicios médicos de la región dirigida por Isabel Díaz Ayuso y que ha salido beneficiaria del escándalo de contratos en el Hospital La Paz.

Aseguran en las tres resoluciones que la motivación para desentenderse finalmente de estos contratos es haber detectado "una infracción no subsanable de las normas de preparación" de los mismos. Entre las puntualizaciones destaca la de no haber determinado el valor en función del mercado así como el reconocimiento de haber inflado el importe total de cada proyecto. 

Captura de la resolución de desistimiento de los tres contratos del Hospital Gregorio Marañón

Captura de la resolución de desistimiento de los tres contratos del Hospital Gregorio Marañón

"Cálculo del valor estimado del contrato, al no haber una correspondencia real y adecuada entre este y los precios del mercado", afirman en primer lugar. Así, entienden que "verificados estos, se ha observado que el precitado valor se encuentra sensiblemente por encima de estos precios, lo que de facto supone una merma de la Hacienda Pública".

Por eso, consideran "inviable" reajustar este valor al haberse cerrado el plazo de presentación de solicitudes un mes después de su publicación, es decir, el pasado mes de julio, "siendo el desistimiento el único mecanismo legalmente reconocido y viable para evitar el perjuicio señalado, al no ser posible el establecimiento de un nuevo precio". Además, indican fuentes cercanas al centro hospitalario, que este ha destituido a su gerente, el doctor Joseba Barriera, por esta contravención.

Este dictamen parece motivado no solo por las informaciones publicadas por este periódico sino por las peticiones que se realizaron a los servicios centrales, a quienes se solicitaron un inventario valorado en virtud del cual se publicaban estos proyectos de electromedicina. Cabe destacar, sin embargo, que las diferencias con La Paz son de vértigo, siendo este uno de los principales hospitales de la Comunidad de Madrid.

En concreto, la comparación del mismo tipo de procedimiento con este centro muestra un incremento de una media del 347% más para el Gregorio Marañón. Todo también adjudicado por completo a Iberman.

Dos nombres clave

En el Hospital Gregorio Marañón, que ha realizado con anterioridad polémicas adjudicaciones a GEE, destacan dos nombres clave dentro de este entramado. Se trata de Carmen Oñate, directora de gestión, y Joaquín Garcia, subdirector de gestión. La primera tiene un amplia relación con este contratista, a quien lleva años adjudicando contratos en este centro hospitalario así como en Puerta de Hierro o el Infanta Cristina de Parla.

García, por su parte, trabajó con empresas de este grupo que realizaban el servicio de mantenimiento de electromedicina en el Hospital Universitario Marqués de Valdecilla durante su etapa al frente. Tanto este como Oñate, como responsables de la clínica pública madrileña, habían planteado a Iberman como adjudicataria de estos tres proyectos inconclusos.