“No se entiende la demora ni el silencio, porque la cultura es algo que trasciende a la política y, por encima de todo, hay que estar a la altura”. Así de contundente se pronuncia Cristina, tataranieta del urbanista Arturo Soria -cuyo nombre aparece en una parada de Metro de Madrid y cuyo proyecto pionero, el de la ciudad lineal, da título a otro área madrileña y se estudia en todas las universidades de Arquitectura- sobre la situación que llega este martes al Ayuntamiento de Madrid, liderado por José Luis Martínez-Almeida, de la mano del PSOE para su nombramiento como Hijo Predilecto.
Desde Barcelona, pero con acento argentino, nos atiende Eduardo, sobrino nieto de Clara Campoamor, sobre la que también sobran las palabras. Pionera del voto femenino, sus ideas y compromiso feminista llegan hasta nuestros días en forma de exposiciones, retratos o prendas de ropa, por poner solamente algunos ejemplos. En 2022 -un año después del de Soria- se aprueba el mismo reconocimiento, pero tres años después la cuestión sigue en stand by.
“Ella era madrileña y adoraba la ciudad”, expresa su familiar en conversación telefónica. Tanto es así, que revela al autor de estas líneas una historia de la que “nunca se ha escrito”. “Mi padre, su sobrino predilecto, fue a Francia y de ahí a Suiza para ver a Clara (…) Ella le entregó una carta para el ministro del Interior del gobierno franquista donde decía que quería ir a morir a Madrid, aunque ello implicara no participar política ni literariamente durante sus últimos momentos”, expresa.
Nadie sabe qué ocurrió con aquella misiva, pero da buena cuenta del amor que la política sentía por su ciudad de origen: “Mi padre, que se tuvo que exiliar a los 13 años como otras tantas personas, entró en la frontera por Irún para cumplir su deseo, pero la Guardia Civil lo detuvo por desertor. Por suerte, mi madre, que era también hija de refugiados, pero ya francesa, corrió mejor suerte y pudo hacer una gestión con el cónsul argentino diciendo que mi padre vivía en Buenos Aires y tenía hijos aquí (…) Con todo, lo llevaron a la frontera y le dijeron que los Campoamor no entraban más en España. Nunca se conoció si la carta llegó al Ministerio, la rompieron…”
“Es una vergüenza”
En el caso de Soria, sí que falleció en la capital. Su descendiente recuerda que a sus 76 años fue una persona “muy completa”, que “viajó mucho, tenía una visión muy amplia del mundo e intentaba constantemente mejorar las condiciones de vida de toda la gente”. “Tuvo mucho más facetas demás de desarrollar un proyecto urbanístico vital: fue político, inventor, empresario, matemático, geómetra, ingeniero de caminos a título póstumo y un grandísimo padre de familia”, asegura. “Y sus ideas siguen muy vigentes”.
En la misma línea, y como respuesta al abandono ‘popular’, Eduardo recuerda los reconocimientos que él mismo vivió de primera mano en el Ateneo y la Biblioteca Nacional: “Pude hablar, estuvo el ministro Félix Bolaños, representación de Suiza -donde murió mi tía-, de Argentina -donde vivió-, gente del PSOE y Podemos… pero absolutamente nadie de la Comunidad ni del Ayuntamiento de Madrid”. “Me parece una vergüenza, por más que estuviera tildada de ‘rojilla’, fue una mujer que hizo mucho por el resto de las mujeres”.
Por más que estuviera tildada de ‘rojilla’, fue una mujer que hizo mucho por el resto de las mujeres
En ese sentido, Cristina recuerda otros casos además del de su tatarabuelo, como pueda ser el de la actriz Marisa Paredes o la escritora Almudena Grandes, a quienes la derecha también dio la espalda: “Va de hacer las cosas bien, que no quede como un agravio comparativo. Dice mucho de quién está gobernando en ese momento”. “Quiero pensar que es casual o qué alguien no está teniendo en cuenta toda la información, pero nos gustaría la misma celeridad que se da en otros casos, porque genera mucho desgaste estar reclamando…”, apostilla.
El PSOE lo lleva a Cibeles
Tal y como pudo saber este periódico la semana pasada, los socialistas madrileños de Reyes Maroto llevarán el tema a Cibeles este martes. El concejal de Cultura del partido, Jorge Donaire, expresaba su malestar a este medio.
“Tuvimos conocimiento de que los reconocimientos no habían finalizado e indagamos para intentar conocer dentro del Ayuntamiento los motivos, pero nadie nos ha dado información precisa, ni siquiera cuando hicimos una petición de información formal de los expedientes de ambos expedientes”, afeaba respecto de unos homenajes con el que todos los grupos estuvieron de acuerdo.
“Sin saber si se corresponde con un error, lo que es seguro es que cuando se produce un reconocimiento de este tipo el Gobierno municipal no tiene margen (…) Debe actuar en nombre de la ciudadanía y por la voluntad colectiva”, concluía.