Bien conocido es que el núcleo fuerte del Partido Popular no se concentra únicamente entre las paredes de Génova, si no que se extrapola a su vez a las comunidades autónomas, siendo Madrid donde se sitúan dos de los pesos pesados de Alberto Núñez Feijóo: Isabel Díaz Ayuso y José Luis Martínez-Almeida. Pero, ¿cómo ha evolucionado en los últimos tiempos la relación de ambos de cara al ojo público?

Cierto es que ambos líderes, una autonómica y otro municipal, suelen denotar sintonía en los actos de partido que encabezan pero, en declaraciones ante el foco mediático por distintas problemáticas que les atañen a ambos en sus distintas gestiones al frente de Sol o Cibeles, resulta apreciable que las interpelaciones entre sí han decaído o no son tan fuertes como antaño.

Desde las distintas formaciones de la oposición a ambos gobiernos, séase la conformada por Más Madrid y PSOE-M, sí que aducen a un cambio de paradigma, un punto de inflexión que se ha hecho de notar en el tablero político. “La relación entre Almeida y Ayuso es de absoluta subordinación, no es la relación normal entre un alcalde y una presidenta autonómica”, valora Enma López, portavoz adjunta del PSOE de la capital en declaraciones a ElPlural.com.

Y es que ambas formaciones de izquierdas aducen al mismo acontecimiento que habría abierto una brecha en este vínculo: la salida de Pablo Casado de la dirección de Génova tras su denuncia por el caso del hermano de Ayuso. “Nunca fue especialmente beligerante con Ayuso, pero después del caso del espionaje es todavía más cuidadoso en esas relaciones”, achacan los socialistas.

No obstante, bajo el ojo mediático y de cara a la ciudadanía, no se percibe un cambio de tono acuciado entre ambos líderes que haya suscitado a las sospechas: “Entra dentro del habitual servilismo de Almeida con Ayuso porque no quiere que le pase lo que le sucedió a Pablo Casado. Su servilismo lo pagamos entre todos”, señalan estas mismas fuentes.

Las sensaciones que se perciben en Más Madrid conducen hacia la misma dirección: “Almeida sacó muchas conclusiones cuando lo de Casado. Desde entonces, se ha hecho a ese personaje de oír, ver y callar”, subrayaron en conversaciones con este periódico, situando este acontecimiento dentro de las filas de los populares como "un punto de inflexión" sin retorno.

Lazos que unen a Sol y Cibeles

Con este telón de fondo en cuanto a la relación que muestran los principales mandatarios madrileños, por otro lado, en vistas de las actuaciones políticas, desde la oposición perciben un modus operandi claro. Los socialistas de Reyes Maroto consideran que Almeida está instaurado en Cibeles, al igual que Ayuso en Sol, en “hacer oposición a la oposición y a Pedro Sánchez”.

No obstante, sí que pasan la lista de los deberes que consideran que el alcalde debería demostrar en sus funciones, pasando por “abrir más centros de salud y reivindicar el cuidado de la atención primaria”, así como exigir a la Comunidad de Madrid los “800 millones que cada año adeuda a madrileños” por competencias autonómicas.

“Hay una parte de responsabilidad del Ayuntamiento, porque estamos hablando de irregularidades y de obras que nos recuerda a esta ciudad sin ley en la que está convirtiendo Madrid este Gobierno municipal, donde si eres poderoso te va bien y si no lo eres, no tanto”, lamenta López, quien aduce así a la problemática de la vivienda, “donde más del 90% de las viviendas de uso turístico operan sin licencia, mientras que la mayoría de vecinos cada vez tiene más difícil acceder a una vivienda” y el drama de las residencias de mayores en la pandemia, cuando condenan que Almeida “no alzó la voz” por los fallecidos; tampoco “por la infrafinanciación a las universidades madrileñas, ni con las privatizaciones sanitarias, ni, por supuesto, vamos a oír a Almeida alzar la voz en el caso de los múltiples escándalos que rodean el entorno más cercano de Ayuso”, enumera.