La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, se ha visto obligada a abandonar la misa por la patrona de Madrid, la Virgen de la Almudena, por una "leve indisposición" que ya le impidió la asistencia al Congreso del Partido Popular andaluz en Sevilla este sábado. La jefa del Ejecutivo regional se marchó en ambulancia de la ceremonia por ser el "medio más rápido y seguro", según transmiten desde su entorno.
Estaba previsto que este pasado sábado Ayuso interviniera en el Congreso regional del PP-A que acabaría a coronando - de nuevo - a Juanma Moreno Bonilla para revalidar la Junta en las autonómicas del próximo ejercicio. Sin embargo, problemas de salud obligaron a la baronesa madrileña a cancelar su agenda.
Unos problemas que se han repetido este domingo, durante los tradicionales actos de la patrona de Madrid, la Virgen de la Almudena. Según confirmaban desde su entorno, la presidenta de la Comunidad de Madrid padecía una "leve indisposición" que le ha obligado a marcharse de la misa, además de hacerlo en ambulancia por ser el medio "más rápido y seguro" para ello.
El sermón del arzobispo
Por su parte, el arzobispo de Madrid, José Cobo, ha centrado su homilía en una llamada a rebajar la tensión social y “desarmar las palabras”. Ante una Catedral de la Almudena llena en el día de la patrona de la ciudad, el prelado ha defendido la necesidad de reconstruir la convivencia desde la amabilidad y de recuperar la cordialidad en los ámbitos sociales, políticos y también dentro de la propia Iglesia. A su juicio, la sociedad atraviesa “una gran desvinculación” que solo podrá superarse mediante relaciones más cuidadas y un trato más humano.
Durante su intervención, Cobo ha reflexionado sobre la figura de María como inspiración de una “alegría verdadera”, alejada de los estados de ánimo dependientes del momento. Recordó que esta alegría no se limita a los “días buenos”, sino que permanece incluso “al pie de la cruz”, sosteniendo la fe en las situaciones de fragilidad. Rechazó entender la alegría como un “bienestar barato” o como una imagen superficial “de Instagram”, y presentó a la Virgen como una guía de vida capaz de unir el júbilo con los tiempos de incertidumbre y confusión.
El arzobispo subrayó que esa alegría profunda nace de confiar en las promesas de Dios y en las palabras del ángel a María, que comienzan con un “Alégrate”. Por ello insistió en que no cabe conformarse con una felicidad pasajera, sino que es necesario buscar un sentido que permita seguir adelante tanto en los momentos amables como en “las horas de la tormenta”.
Cobo dedicó parte de su mensaje a destacar que la esperanza cristiana “no se camina en solitario”. Apeló a la escena de María y Jesús junto a la cruz para afirmar que la fe se comparte y exige acompañar las “cruces” actuales. Mencionó entre ellas el aumento de nuevas formas de pobreza, el crecimiento de la pobreza infantil, la ampliación de la brecha social, la pérdida de sentido vital entre los jóvenes y la dificultad de acceder a una vivienda digna.
Frente a estos desafíos, reclamó una respuesta común “desde un corazón que ve”, capaz de conmoverse y actuar. Para ello consideró imprescindible cultivar la amistad social y la cordialidad como bases de la convivencia. Alertó de que no sirven “los gritos, los reproches ni la demonización” de quien piensa diferente, y pidió mirar de frente el sufrimiento ajeno con humildad y disposición para aprender de la realidad.
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