Se aproxima otro verano más en el que las residencias de tiempo libre van a menos. En Andalucía, los trabajadores y usuarios denuncian recortes que vienen a empobrecer la oferta turística para los que menos posibilidades tienen. Una degradación que, según denuncian los profesionales del sector, se viene prolongando desde hace años.

Esta semana los empleados de las residencias se manifestaban en Almería y Huelva para denunciar recortes. Las cuatro residencias de playa son las que lideran en estos momentos las protestas: Aguadulce (Almería), La Línea de la Concepción (Cádiz), Marbella (Málaga) y Punta Umbría (Huelva) revelan que están perdiendo no solo dotación económica, sino también tiempo de operatividad y trabajadores.

“Esto es la gota que colma el vaso, esto viene pasando desde 2012. Desde entonces recortan, pero nunca recuperamos el terreno perdido”, cuenta a ElPlural.com Isabel Ortega, con 14 años tras los fogones de la cocina de la residencia de Aguadulce.

Las residencias de tiempo libre suponen la única oferta vacacional para miles de familias en Andalucía que, por lo general, no contarían con otro opción para catar la playa cuando el mercurio golpea alto en los meses de verano.

Este año, la temporada alta va desde el 3 de abril al 29 de septiembre. La oferta vacacional se dirige a aquellos con pensiones no contributivas, familias con rentas menores a los 21.000 euros; mayores de 60 años y con discapacidad; comunidades andaluzas en el extranjero; víctimas de violencia de género y clubes y entidades deportivas. A las residencias de playa hay que añadir las de montaña, en Siles (Jaén) y Prado Llano (Sierra Nevada).

El verano pasado la Junta de Andalucía recibió 8.424 solicitudes para ocupar algunas de las más de 300 habitaciones que se ofertan, superando con creces las seis mil de 2021. Andalucía ha venido manteniendo esta oferta de “vacaciones a precios sociales” con una horquilla que ronda los 30 euros para adultos y los 15 euros para menores de hasta 11 años;  pero las residencias se asoman a un futuro incierto.

La inercia de las privatizaciones

“Mi residencia está en un entorno privilegiado: Aguadulce, primera línea de playa,  un paraíso… precisamente por eso estamos en peligro. Están intentando que esto no funcione, están desalentando la demanda de visitantes con un objetivo muy claro: argumentar que las residencias no son viables para terminar por privatizarlas”, presume Isabel Ortega.

La Consejería admitió que había deficiencias en las instalaciones, sin embargo, no hay inversión prevista para este año, el resultado es que las instalaciones son cada año menos atractivas y costosas de mantener, con lo que parte de las habitaciones o bungalós, como ha ocurrido en Marbella, tienen que ser cerrados en plena temporada alta.

Otro de los recortes está en el tiempo de explotación. La Junta ha reducido el periodo de disfrute de las residencias, borrando el mes de octubre del periodo en oferta y los fines de semana de mayo.

Y, por último, denuncian los sindicatos, la situación laboral de los trabajadores que mantienen las residencias también se está precarizando. Los trabajadores con contratos fijos discontinuos van ganando peso en una plantilla donde las jubilaciones y las bajas de larga duración se mantienen sin cubrir.

“En mi cocina antes éramos 15 personas, ahora solo 8”, ejemplifica Ortega. La merma se traduce en servicios de menor calidad. Las residencias no ofrecen cenas y, ante la imposibilidad de mantener el edificio muchas habitaciones se cierran al público. Desde el sindicato CSIF denuncian la degradación de las instalaciones con un mobiliario “obsoleto”  y un mantenimiento que “deja mucho que desear”. 

No es tierra para pobres (en vacaciones)

Una rápida ojeada a la agenda de la Consejería de Turismo, Cultura y Deporte muestra cómo, el mismo día en el que los empleados de las residencias se manifestaban, la secretaria general para Turismo, Yolanda de Aguilar, presumía del “posicionamiento de Andalucía como uno de los principales destinos del mundo” ante más de 1.500 ejecutivos internacionales de la industria turística en Sevilla.

También, en la misma semana, Andalucía acoge el inVoyage Marbella que reúne en la Costa del Sol a 250 profesionales especializados en turismo de lujo. También se anuncian más de 40 acciones de promoción de Andalucía en mercados lejanos para captar viajeros de largo radio, con el golf y los deportes náuticos como reclamo.

Andalucía ha hecho del turismo una maquinaria económica envidiable en toda Europa. El 60% de las plazas hoteleras de la comunidad andaluza son de cuatro y cinco estrellas y es destino sitio predilecto para el turista de alto poder adquisitivo de Reino Unido, Alemania y Estados Unidos.

Pero la oferta premium deja a la sombra a los andaluces con un bolsillo menos poderoso, el andalusían first brilla por su ausencia. Las imágenes de las residencias parecen extraídas de una cápsula del tiempo, con instalaciones propias de un verano cualquiera de finales de los 90 o principio de este siglo.

Mientras, Los usuarios se movilizan en redes. Enrique Ramírez ha puesto en marcha una recaudación de firmas para exigir la “renovación de las instalaciones… la falta de inversión ha provocado que no puedan reabrirse los servicios cerrados, piscina, cafetería, etc”. Otra usuaria apunta que es una que “es una pena que no se hagan mejoras” y que muchos de los bungalós se queden sin usar.

El recorte en presupuesto para las residencias hace prever que el año de la recuperación turística tras la pandemia, no habrá recuperación para este modelo turístico.    lamentan los trabajadores. Estas residencias son la única oportunidad para los que menos tienen en Andalucía.