La pérdida de la mayoría absoluta tras la fallida moción de censura de los socialistas en las Cortes de Castilla y León contra el Gobierno de coalición de PP y Ciudadanos no ha dejado de traer problemas al Ejecutivo autonómico. La responsable de la pérdida de la mayoría parlamentaria fue María Montero, exprocuradora de Ciudadanos que abandonó a su grupo para incluirse en los no adscritos.

Un día después de que Montero haya denunciado que tanto PP como Ciudadanos le hacen la vida imposible para que renuncie a su escaño, ha acelerado en la apisonadora para aprobar dos PNL y una moción del PSOE. Su voto ha hecho posible que se aprueben en el Pleno tres iniciativas socialistas a pesar de los votos en contra del populares y naranjas. El PSOE ha conseguido sumar los apoyos del Grupo Mixto (Podemos con dos escaños, Unión del Pueblo Leonés, Por Ávila y Vox, con uno cada uno) y el de María Montero, que figura como procuradora no adscrita porque el Reglamento de las Cortes de Castilla y León le impide unirse al Grupo Mixto.

Así, se han aprobado 11 de los 17 puntos de una moción del PSOE sobre la educación no universitaria. No se han aprobado todos porque la procuradora de Vox, Fátima Pinacho, solo accedió a once y no a la totalidad. Del mismo modo, se ha dado luz verde a la proposición para que de manera “inmediata” comience la reversión del HUBU, el hospital de Burgos que gestiona una sociedad privada. Los socialistas consiguieron el apoyo de Montero y del Grupo Mixto a excepción de Por Ávila para esta cuestión.

A ellas hay que sumar el triunfo de la PNL para que la Junta elimine la incompatibilidad entre la carrera profesional horizontal y los sexenios para el personal funcionario. A estos batacazos para el Gobierno autonómico se añade también la comisión de investigación sobre lo ocurrido en las residencias durante la pandemia que se consiguió sacar adelante después de numerosas trabas del Ejecutivo.