La competencia de declarar la situación de sequía o presequía corresponde a la Xunta de Galicia, aunque los ayuntamientos pueden adoptar medidas, sobre todo, de carácter preventivo.

Es lo que acaba de hacer el concello de Pontevedra ante la situación que padece el río Lérez, que atraviesa la ciudad hasta su desembocadura en la ría.

Esta misma semana, la Junta de Gobierno local de la capital de las Rías Baixas ha decidido tomar cartas en el asunto mediante la aprobación de diversos consejos lanzados a la población con el objetivo de moderar el consumo de agua; todo esto ante el bajo nivel que presenta el caudal del Lérez.

La encargada de dar a conocer los detalles de este asunto ha sido este mismo jueves Eva Vilaverde, alcaldesa en funciones, quien explicó que se trata de medidas preventivas ante la escasez de agua que presenta el río.

Este jueves, precisamente, el nivel apenas llegaba a 1,70 metros cúbicos por segundo. Tal y como recordó, según las previsiones de las agencias meteorológicas “no se prevé a corto plazo que pueda llegar, más bien todo lo contrario”. Además insistió en que, ante las condiciones actuales, el protocolo interno preparado y diseñado a raíz de la sequía del año 2022, es preciso tomar este tipo de decisiones al encontrarse el nivel del caudal por debajo de 1,80 metros cúblicos por segundo.

Vilaverde, a pesar de la inquietud que genera esta situación, quiso dejar claro que el abastecimiento está garantizado en este momento a todos los municipios que captan su agua del río Lérez; no obstante, la regidora accidental también aprovechó para agregar que es necesario concienciar a la población sobre el consumo diario para asegurar el ahorro de agua y el uso racional de este "bien escaso".

Hoy mismo, a través de las redes sociales municipales se insiste en la necesidad de seguir los consejos en este sentido.

 

La recomendación general es que la ciudadanía, las empresas y las entidades públicas y privadas deben tomar conciencia de la importancia de hacer un “uso sostenible del agua”.

Evitar medidas drásticas

De manera más concreta se pide que no se use el agua potable de para consumo humano para llenar piscinas particulares, regar jardines o para la limpieza de coches particulares, etc.

Para dar ejemplo, el propio Ayuntamiento pontevedrés ha adelantado un plan propio para moderar el consumo en tareas como los baldeos de las calles o riego de jardines, el cierre de fuentes ornamentales, entre otras medidas.

Asimismo, como subrayó ayer la alcaldesa en funciones, también se aboga por la instalación de dispositivos de ahorro doméstico y de otros sistemas que ayuden a evitar el uso innecesario del agua, como pueden ser el uso de mecanismos de ahorro de agua, cerrar el grifo durante el cepillado de dientes o emplear la ducha en lugar del baño.

"Parecen cosas sin importancia pero tenemos que ser conscientes de que no somos nosotros solos los que empleamos el agua", señaló Eva Vilaverde.

En esta línea también se insta a las empresas e industrias a "minimizar el consumo" y a un "uso razonable" del agua del abastecimiento municipal, puesto que, como recordó, lo prioritario es el abastecimiento a la población.

El Gobierno local confía en que se "tome conciencia" de la importancia de llevar a cabo medidas de ahorro en el consumo del agua, para que, siguiendo lo que prevén las previsiones meteorológicas, no haya que adoptar acciones más drásticas.