Hace algunos años, el Partido Popular de Galicia dominado por Manuel Fraga, fraguó su éxito regional en el voto de las personas mayores. Dicen las malas lenguas -que haberlas haylas- que cautivó a este colectivo con grandes comilonas (por número de invitados y por la cantidad de las viandas) en fiestas y romerías celebradas en lo que muchos, por entonces, consideraban la ‘Galicia profunda’. El pago era el voto. Las mismas lenguas viperinas, ya en forma de rumor, comentan estos días que no era raro ver el domingo del Señor y de elección un autobús por las aldeas recogiendo a los mayores para ‘facilitarles’ lo de pasarlo bien en la fiesta de la democracia, con trayecto de ida a votar y regreso a casa.

Los ‘populares’ gallegos de ahora ya no son como los de antes. Los que rodean al candidato a la reelección hablan un gallego pulcro, más castellanizado. Algunos se atreven a imitar el  acento de la meseta. Pero con las elecciones, todo cambia y ‘os pepeiros’ vuelven a las raíces de sus padres, padrinos y abuelos para recuperar esa musicalidad al hablar. Si hasta al murciano, Teodoro García Egea, que lleva por aquí dos días y empieza a tener acento; también Pablo Casado que, además, como nadie del PPdeG parece quererle cerca, a su elenco de familiares repartidos por todas las regiones de España, quiere sumar un gallego, de ahí esas excursiones a una granja lucense.

Lo que no es un rumor es que la pirámide de población en Galicia pone de manifiesto un envejecimiento notable: una cifra superior al 25% de la población tiene más de 65 años. El Covid-19 no golpeó en estas tierras con la virulencia de otros lugares. Desde el PP de Feijóo se afanan en repetir una y otra vez que ha sido gracias a la buena gestión llevada a cabo. Hay quien achaca las cifras no tan dramáticas al ya tradicional aislamiento gallego en materia de comunicaciones y transporte y a la dispersión de la población. Precisamente, hoy mismo en el Senado los dos principales partidos han acordado un texto sobre infraestructuras en Galicia.

Pero el aspirante ‘popular’ sabe que este es el instante en el que debe recurrir a las estrategias de los que ha bebido políticamente en su juventud –después de votar a Felipe González, claro- y, a pesar de que ninguna encuesta discute su victoria aplastante, él quiere asegurar el voto del que es su verdadero bastión: los mayores.

Casi cada día lanza un mensaje en este sentido, aunque este martes fue más directo. Alberto Núñez Feijóo, sin poner autobuses que recorren las aldeas, sí les dijo a los ancianos gallegos que los colegios electorales son "seguros".

Inspectores de la Xunta

En concreto, en un mitin en Ponteares (Pontevedra) les recomendó "hablad con los vuestros, que vayan a votar todos. Que nadie decida por vosotros. Un mayor no tiene menos capacidad para decidir, un mayor tiene más experiencia”, para aludir directamente a la crisis sanitaria al añadir que “que no digan que ir a votar es un problema de riesgo".

En este sentido, aseguró que los 2.000 colegios electorales están "inspeccionados” por personal habilitado por la Xunta a propósito de la pandemia y que son "lugares seguros", concluyendo de manera solemne con que son "el sanctasanctórum de Galicia".

Según los datos publicados por los organismos autonómicos, durante el período de pandemia murieron en Galicia 619 personas, de las cuales 274 eran mayores vinculados a residencias.

Feijóo sabe de la importancia del colectivo de mayores, de ahí la petición directa que les ha lanzado para que vayan a votar "todos los que quieren estabilidad en sus pensiones, estabilidad de sus hijos y nietos y contribuir a esa estabilidad de la familia".

Prueba de la importancia que les da como parte fundamental de su electorado es que ahora mismo es la única región de España en la que no se han abierto los centros de día, que permanecerán cerrados hasta el próximo mes de septiembre.

El aspirante ‘popular’ no quiere dejar nada al azar, de ahí que, en el mismo mitin con alusiones directas a la población de más edad, además de instarles a que acudan a votar sin miedo a posibles contagios, les pidió que “no demos nada por hecho”, para evitar la tentación de quedarse en casa al verse ganadores.

Con el paso de los días y la aparición de rebrotes, es probable que Núñez Feijóo  intensifique todavía más los mensajes directos destinados a este núcleo de población.