El primer test electoral del nuevo Ciudadanos posRivera en Galicia y Euskadi tenía predeterminado que en el feudo de Alberto Núñez Feijóo había poco que rascar. Allí, la derecha revestida de una pátina regionalista galleguista desde la época de los dos mil gaiteros de Fraga, se come todo lo que compita en su franja limítrofe y pesca también en caladeros nacionalistas. Por tanto el resultado del nuevo Ciudadanos de Arrimadas entra dentro de lo justificable y esperable.

Otro espacio distinto era el del País Vasco. Transcurridos ya cuatro meses de la declaración del estado de alarma, tres semanas de su levantamiento y ocho meses de la dimisión y huida de Albert Rivera luego de dejar al partido naranja en la entrada al tanatorio político pasando de 57 escaños a 10 en la Carrera de San Jerónimo (tirando por la borda un tesoro de dos millones y medio de votos), el reto de ver como funcionaba una coalición con el PP sumado a la nueva estrategia de Inés Arrimadas, era interesante para el análisis político.

Arrimadas gana perdiendo y a Casado se le complica su estrategia


Y dicho análisis es bien sencillo. El Partido Popular no levanta cabeza en Euskadi y los resultados de hoy muestran que a más candidato derechista, menos voto en ese territorio. Ciudadanos ha ganado en esa alianza pues todas, absolutamente, todas las encuestas le daban que por separado sus resultados en el País Vasco eran residuales y sin ninguna opción de obtener escaño. Con un escaño ahora en el Parlamento de Vitoria, aritméticamente Arrimadas gana. Solo Ciuddanos no hubiera obtenido representación parlamentaria. Así de sencillo, los naranjas pasan de no tener nada y de repetir otro pésimo resultado sin actas a contar con un representante y meter cabeza en Euskadi, algo impensable hace meses.

"Más vale tener algo que no ser nada"

Qrrimadas justificó a sus colaboradores votar a favor de las prórrogas de Pedro Sánchez: "Más vale tener algo que no ser nada" o la versión contemporánea de la Guerra Hispano-Sudamericana de "Más vale honra sin barcos que barcos sin honra" pero al revés. Pues eso le ha sucedido en las elecciones vascas.Curiosamente CS saca rédito de la hecatombe electoral con estos dos parlamentarios sin mancharse las botas, sin despeinarse y curioso ¡sin aportar votos! Paradojas de la política. Arrimadas sale asi indemne y erguida del envite mientras el PP sale muy tocado. Este diputado "robado" al PP por la incomprensible cesión de Casado -regalo no entendido entre dirigentes populares- de los dos puestos de salida para Ciudadanos, los números dos en Bizkaia y Álava.

Lo grave para el Partido Popular y leve para CS, es que la paternidad del fracaso absoluto de la experiencia de la coalición vasca es toda entera para Pablo Casado y pasa de refilón, sin ni siquiera un ligero arañazo, para nueva lideresa naranja.


Arrimadas gana perdiendo y la estrategia de Casado se complica


Y otro aspecto no menor. Arrimadas sale reforzada con este resultado en su estrategia de abrirse al centro y dinamita las posibilidades de un futuro "España Suma" con el PP en el futuro. Además ratificaría lo que las encuestas le indican, es decir, que su apertura a pactos y acuerdos con el Gobierno y el rechazo a cordones sanitarios comienzan, poco a poco y enorme esfuerzo, a darle resultados e iniciar una probable escalada. Estas elecciones en Euskadi le marcan un camino y le recuerdan a CS que ir de la mano de los populares y hacerse fotos como las de Colón no es bueno. De ahí también que se hayan cuidado mucho de no inmortalizar fotográficamente el pacto y no aparecer juntos, salvo una vez, junto al árbol de Guernica como símbolo de un leve alejamiento de las tesis radicalmente jacobinas y antinacionalistas de Rivera.

"España Suma" se rompe


Si Pablo Casado ha querido usar a Ciudadanos como un edulcorante que quitara amargor al café extremadamente conservador de Iturgaiz (un jarrón chino recuperado por una operación de FAES, Aznar, cayetanos y el alma dura del PP y competir con un discurso integrista con Vox) evidentemente no lo ha conseguido. Si el deseo era otro más amplio, el de comenzar el camino de una absorción o acercamiento imantado de Ciudadanos para su anhelado proyecto de unificación de las derechas, el tiro le ha salido por la culata y lo aleja más de ese escenario. Los pésimos resultados lo avalan y dan la razón a los sectores más abiertos y realmente liberales del partido. De paso entierra ya en el cementerio de las tácticas fracasadas a Albert Rivera y a los apeados del barco hundido como Girauta, Carina Mejías o De Quintos.

Y ahora, tras el viaje de vuelta, la Comunidad de Madrid


En nuestra democracia hemos visto noches de "victorias pírricas", de "resultados agridulces" o de "amargas derrotas" pero de "dulces derrotas" pocas. Hoy Arrimadas tiene motivo para celebrar el fracaso sin paliativos de su coalición en el País Vasco. Extraño sí, raro sí, pero cierto. Victoria por la mínima: Arrimadas más 2, Casado menos 4. Y ahora, tras el viaje de vuelta, espera la guerra en la Comunidad de Madrid con una lección aprendida de este fracaso como es que las malas compañías siempre terminan, indefectiblemente, siendo tóxicas.

Como decía la cantautora argentina, Mercedes Sosa, y adaptándolo a la política española y muy en concreto a lo que puede pasar ahora por la cabeza de Inés Arrimadas: "Cambia, todo cambia, el pastor su rebaño. Y así como todo cambia, que yo cambie no es extraño".